Mitos y verdades sobre la mantequilla de cacahuete

Cuando yo era pequeño, en España la mantequilla de cacahuete era algo que apenas conocíamos. Algo que salía en las series y películas americanas, pero que nadie (al menos nadie que yo conociese) tenía en casa. Además, al menos en mi casa tenía cierto tufillo a una de esas cosas insanas que la tele intentaba vendernos para la merienda, como la Nocilla o los Petit-Suisse (¿alguien recuerda algún anuncio que explicase que eso era queso y no un yogur?). En casa los cacahuetes eran para picotear viendo partidos de baloncesto, o para dar de comer a los elefantes en el zoo.

Viviendo en Holanda empecé a ver (y comer) más mantequilla de cacahuete. Aunque la verdad es que los holandeses hacen una cosa mucho mejor con los cacahuetes que es convertirlos en salsa (pindasaus) para mojar las patatas fritas (patat met pindasaus, cosa más rica….). Pero volviendo al tema central, en Holanda empecé a verle la gracia al asunto, y a comprar mantequilla de cacahuete regularmente. Seguramente ayudó el vivir rodeado de gente de otros países (Estados Unidos, Canadá, Holanda, Indonesia…) mucho más habituados a comerla. Eso y el volver a casa a cuatro patas después de una noche de fiesta holandesa, que ahí sí que la mantequilla de cacahuete entra como si fuese agua.

Y aquí en Canadá la mantequilla de cacahuete es una de esas cosas que hay en todas las casas, como el pan o el váter. Nosotros la comemos habitualmente en el desayuno, aunque también está muy bien en una tostada cuando te entra la gusa tontuela a media mañana o incluso para salvarte el culo cuando no tienes nada más para cenar. Es triste, pero pasa porque aquí las latillas de sardinas no son muy populares.

Pero entonces, ¿estábamos equivocados en casa cuando pensábamos que la mantequilla de cacahuete la hacía el demonio? Pues sí y no.

La mantequilla de cacahuete que sale en las series y en las películas, y la que llegaba al supermercado de un país como España en los años ’90, es la más comercial y la de peor calidad. Se parece a la mantequilla de cacahuete como la tortilla de patata precocinada de la sección de refrigerados a la tortilla que hace tu madre. Y es así porque se gastan el dinero en marketing y en aparecer en las pelis en vez de hacer un prodcuto de calidad, lo que les lleva a hacer guarradas como separar el aceite de los cacahuetes para venderlo por separado y, como lo que queda de los cacahuetes es un ladrillo seco horrible, añadir otras cosas más baratas para recuperar la textura adecuada. Aquí va un ejemplo de la lista de ingredientes de una de estas mantequillas de cacahuete:

mantequilla cacahuete
Y la puedes dejar meses fuera de la nevera, que no se pone mala…

Pero como digo la mantequilla de cacahuete de verdad se parece a eso como un helado artesanal de Italia a un Frigopié. Cuando no lleva tanta porquería, la mantequilla de cacahuete es un alimento bastante sano, y una buena fuenta de energía. De hecho, la información nutricional de los cereales del desayuno suele dar bastante peor rollo que la de la mantequilla de cacahuete. ¿El secreto? Aquí va la lista de ingredientes:

mantequilla cacahuete buena
Como que mucho mejor, ¿no?

Os lo traduzco porque está en inglés: cacahuetes tostados. Y ya. Básicamente coges un puñado de cacahuetes (sin cáscara), los tuestas y los haces papilla. La única pregunta es si quieres que haya tropezones o no (yo la prefiero con tropezones). La otra diferencia es que esta mantequilla de cacahuete sí la tienes que guardar en la nevera, aunque también aguanta meses. Por supuesto, si venís a casa esta es la mantequilla de cacahuete que váis a encontrar. Y sí, es bastante densa y pegajosilla, pero si la juntas con miel, mermelada o Nocilla es bastante más fácil de tragar.

Así que este calcetín aprueba la mantequilla de cacahuete. Y si os falta alguna razón, dadle mantequilla de cacahuete a un perro y veréis que contento se pone. Y lo que te ríes cuando te das cuenta de que se le ha quedado pegada al paladar y está luchando por despegarla…


Comentarios

2 respuestas a «Mitos y verdades sobre la mantequilla de cacahuete»

  1. Señores Calcetín y su cacho-carne: La mantequilla de maní fue todo un descubrimiento. Me regalé casi un kilo de gozo puro entre diciembre y enero. Con toda esa energía cacahuética fue más fácil andar en bici en invierno. Y sí… la marca ‘S…n’ de sólo maní no es tan fácil de conseguir. Muchas gracias por levantarnos los prejuicios.

  2. Aaaah sí, la manteca de maní… todo un postulado se podría hacer sobre ella, como respecto de los siropes. Me acuerdo que ni bien llegué mis primos me educaron concienzudamente acerca de las diferencias entre el sirope de maíz y el de maple, las diferencias de calidad ante las versiones más puramente comerciales como Aunt Jemima y los que tienen el sello de Aliments du Québec, y demás prácticas evangelizadoras acerca de estos nobles productos bastante extraños por acá en el sur. Acá se vende bastante manteca de maní pero como en España, reconozco que no es algo tradicional desayunar con ella… en donde trabajo se vende mucho una manteca de maní alemana, Ültje, y ahora que le encontré el gusto a estas cosas estando allá me parece bastante buena.

    A lo que sí nunca le encontré la gracia es a la Nutella. Todos me la pintan como si fuera traída expresamente desde la plantación de avellanos del mismísimo Dios y a mi no me parece otra cosa que una pasta amarronada asquerosa con sabor a café. Siempre que sale el tema más de uno me quiere crucificar en el cerro más cercano por hereje y para que cunda el ejemplo ante la sociedad.

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