Hace un tiempo vi una de esas noticias de gran interés de La Sexta Noticias: una hamburguesa no apta para cardiacos. Resulta que hay un restaurante en Arizona que vende hamburguesas grandes… pero no os creáis que el telediario de La Sexta hace noticia de cualquier cosa, no. Resulta que este restaurante vende una hamburguesa de 8000 calorías (que es más o menos la cantidad de calorías que necesita una comunidad de calcetines para vivir durante 300 años), se enorgullece de ello y ha causado polémica por ello. Ahora sí, esa es toda la noticia.
El restaurante en cuestión se llama “Heart Attack Grill” (Parrilla del Ataque al Corazón), y las hamburguesas tienen los sugerentes nombres de Single Bypass, Double Bypass, Triple Bypass y Quadruple Bypass, siendo la última el cañón hipercalórico. Esto se completa con la barra libre de patatas fritas en grasa de cerdo, refrescos con bien de azúcar y tabaco. Además, las camareras están todas de muy buen ver, van vestidas de enfermeras cachondas y te llevan de vuelta al coche en silla de ruedas. En resumen, que antes de ir allí más te vale tomarte en serio su eslogan, “un sabor por el que merece la pena morir” porque está claro que con semejante comilona lo mismo te mueres pero oye, lo mismo sí te merece la pena.
El caso es que a mí el reportaje lo que me pareció fue un concurso de gente intentando ser más tonta que todos los de alrededor, y cuanto más me he interesado por el tema y he rebuscado por Internet más estúpidos me he ido encontrando, hasta elaborar esta lista:
1- La Sexta Noticias y todos los que critican al restaurante por vender comida insana y hacer apología de ello. Vamos a ver, este tío te pone una hamburguesa de 8000 calorías delante, te dice que tiene 8000 calorías y que eso puede matarte, pero que vengas y lo disfrutes. McDonald’s, sin llegar a las 8000 calorías por hamburguesa, esconde la información nutricional todo lo que puede y hace anuncios dirigidos a los niños. Es decir, tenemos a dos restaurantes que hacen lo mismo, pero uno te dice “si te comes esto te juegas la vida” y el otro te dice que es “la comida feliz”. ¿Y resulta que con el que nos metemos es con el que es sincero? ¡Pues si al menos tiene sentido del humor! Y desde luego prefiero sus camareras que el payaso de mal rollo.
2- La gente que come en ese restaurante más de una vez cada cuatro años. Es decir, te están diciendo que es malo y tú les sigues la gracia, y comes basurilla y te ríes y claro, al final eso pasará factura. Esto es tan tonto como el que fuma cigarrillos de una de la cajetilla que pone “fumar mata”. Más gracioso, sabroso y con enfermeras cachondas, pero la misma idea.
3- La gente que se estaba planteando denunciar al restaurante. Esta gente está muy cerca de ganar el concurso, la verdad. La idea de denuncia se basaba en que las camareras van vestidas de enfermeras cachondas. La Arizona Board of Nursing, que debe ser así como el Colegio de Enfermería, decía que el restaurante viola la ley porque “sólo una persona con licencia de enfermera puede usar el título de enfermera”. Supongo que les da miedo que alguien vaya al restaurante y se crea que es realmente un hospital, lo que dice muy poco de los hospitales de Arizona y mucho en favor de sus enfermeras. De todas formas, esta asociación al final decidió no hacer nada, lo que les lastró por demasiado coherentes a la hora de ganar el premio.
4- La ganadora indiscutible: Sandy, del Center of Nursing Advocacy. En su opinión el estereotipo de enfermera cachonda mata gente, porque hace que las futuras enfermeras no quieran serlo para que no se las relacione con ese estereotipo. Además, según Sandy, este continuo relacionar el sexo con las enfermeras hace que la gente realmente piense que puede ir y zumbarse a una enfermera sin más. Es decir, Sandy opina que la gente se cree que vive en una peli porno. Esto dice muy poco en favor de la gente de Arizona, aunque mucho en favor de su porno costumbrista.
http://youtu.be/O9N4Y1DpTxs
Aunque por sí sola Sandy no habría sacado todo su potencial. Es como Marc Gasol, que hasta que no le cogió Pepu Hernández no destacaba. Ni siquiera se merece el premio por ese momento en que la enfermera real sale diciendo bueno, en Halloween todo el mundo va de enfermera cachonda y no pasa nada. No, Sandy quería ganar este concurso, y para ello se apoyó en su Pepu Hernández particular: el presentador de televisión, un tío conocedor de la psicología a la hora de exprimir todo el potencial de una persona estúpida que le sirve la medalla de oro en bandeja con una simple pregunta: ¿La gente no sabe diferenciar entre realidad y ficción? Es decir, ¿deberían los doctores estar molestos porque existe Dr. Pepper?*. La cara de Sandy ya la hacía merecedora del galardón, pero es que su respuesta la catapulta al récord mundial: no sé, supongo que deberías preguntarles a ellos.
Y después de todo ¿quién es el que realmente se lleva un premio? Pues el que no participa en el concurso porque no es estúpido: el dueño del restaurante. El tío es un genio del marketing de los que debería estar dando clase en la universidad: conoce a su público objetivo, crea un servicio rompedor y consigue toneladas de publicidad gratis. Me quito el sombrero.
*(Dr.Pepper es un refresco como la Coca-Cola).
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