Patatas dobladas

Las bolsas de patatas fritas son uno de los grandes unificadores de nuestro mundo. La mayor parte de la gente que no las come no es porque no le gusten, sino porque el médico se lo tiene prohibido por la grasa, la sal, y la aceptación de que cuando haces pop ya no hay stop así que si abres una bolsa te la vas a terminar sea del tamaño que sea.

Obviamente hay patatas muy superiores a otras, y, gracias a la ciencia y la condición humana de querer llevarlo todo más lejos, hay sabores para todos los gustos. Las ventas en España caerían en picado si desapareciese el sabor Jamón-Jamón, pero en Canadá eso no existe y el equivalente cultural (porque en cuanto a estar buenas no hay color) es el sabor Ketchup. El año pasado en nuestro grupo de WhatsApp de amigos españoles en Toronto tuvimos fotos de las patatas sabor «pavo de acción de gracias» (están bien, pero si cuestan más que otros sabores no merecen la pena), y escribo esto sabiendo que tenemos en la despensa una bolsa sabor Queso de Cabra y Pimiento de Espelette (otro día hablamos de los sabores de Brets porque hacen brujería y los clavan).

Pero mientras en los sabores cada cual tiene su opinión más o menos respetable, también hay es una jerarquía de patatas en la que no admito debate y que se basa en tres pilares fundamentales:

  1. Las mejores patatas fritas no tienen sabores añadidos, sólo sal.
  2. Las patatas onduladas son mejores que las lisas.
  3. Las patatas de churrería están por encima de todas las demás.

Si no estás de acuerdo con alguna de estas tres máximas, estás en el lado equivocado de la historia. Y cuando lo admitas serás mucho más feliz, porque comerás mejores patatas fritas.

Pero yo a lo que venía aquí era a proponer a algún emprendedor necesitado de ideas un negocio rompedor, disruptivo a más no poder, que podría cambiar para siempre nuestras vidas: una bolsa de patatas fritas dobladas.

En todas las bolsas de patatas, sean onduladas o lisas, de churrería o de supermercado, siempre hay alguna patatuela que se ha doblado justo antes de caer en el aceite. Para un amateur esto puede parecer un fallo del control de calidad porque rompe la forma ideal típica de una foto de una patata frita, pero la realidad es que encontrarse una patata doblada en la bolsa es un premio que debe celebrarse como si te hubiese salido el cromo que te faltaba o el mega-tazo más difícil de encontrar.

Una mano sujetando una patata frita doblada en cuatro capas.
El otro día me salió esta maravilla en una bolsa. Felicidad absoluta.

¿Y qué hace que la patata doblada sea tan superior? No soy científico ni experto patatístico, pero creo que son dos cosas:

  • Al doblarse la patata se queda más sabor atrapado. Sí, ese «más sabor» es básicamente aceite y sal. Pero en realidad es el mismo principio que hace a las patatas onduladas mejores que las lisas. Cuando pille esta idea un buen emprendedor en vez de «patatas dobladas» las llamará «mega onduladas tsunami de sabor» y se forrará.
  • La doblez, cuando la patata está bien frita, multiplica de manera exponencial el crujido de la patata. Y a los humanos nos encantan las cosas que crujen, hay un no sé qué especial cuando cruje la comida que nos da una satisfacción especial. Y no sólo pasa con la comida, también hay sonidos como el crujido de las hojas o la nieve bajo los pies que dan gustirrinín. La propia palabra «crujiente» parece que reconforta el cerebro como un buen caldito asienta el estómago. Y seguramente de tanto leer derivaciones de «crujido» te han entrado ganas de rascarte la cabeza por dentro.

Lo único que pido al emprendedor que se lance a ello es que me reconozca la idea de alguna manera, como por ejemplo mandandome una palé de patatas dobladas todos los años por mi cumpleaños.

Y para los que como yo no tenéis ganas de meteros en el embolado de montar una fábrica de patatas, al menos ahora sabéis cómo encontrar ese extra de felicidad en cada bolsa.


Comentarios

4 respuestas a «Patatas dobladas»

  1. Avatar de Clara Gimenez
    Clara Gimenez

    Cuando he leído “onduladas” por un momento he pensado que te referías a las horribles patatas con “ridges” y me has dado un disgusto!

    Pero una vez comprendidos, completamente de acuerdo, y militante, con puntos 1-3.

    Me gustaría entender el misterio del éxito de las patatas Bonilla a la Vista. Pero a $50 la lata de 200 gr, mejor invertir en ibérico.
    Ahora lo de los dobleces no te creas que me convence…

    1. Me parece que si que son «ridges», eh… Las Ruffles de toda la vida, vamos, pero si no te convencen las dobleces entiendo que tampoco estés a favor de la ondulación.

      No he probado las Bonilla a la Vista precisamente por el palo que te dan, pero algo tienen que tener para que se pague a ese precio y Oprah las vaya recomendando, ¿No?

  2. Cierto como la vida misma…las patatas dobladas las mejores de la bolsa. Y totalmente de acuerdo con las tres características de las mejores patatas fritas.
    Un saludo de una va y viene a Toronto.

    1. 🙌 Gracias Belén!

      Por casualidad no tendrás alma emprendedora y ganas de forrarte vendiendo patatas, ¿no?

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