Zancadillas a la democracia

No hace falta tener un máster en política para darse cuenta de que el voto exterior interesa muy poco a los partidos en el poder. La razón es simple: si nos hemos ido fuera de España a ganarnos los garbanzos no es porque estemos contentos con cómo van las cosas dentro de España, así que nuestro voto es probablemente a favor del cambio. Así que, hasta cierto punto, uno entiende que para los defensores de la democracia somos un grano en el culo. Pero no tiene perdón de Dios que nos intenten quitar de en medio descaradamente.

bipartidismo elecciones 2014
Esto es lo que pasa cuando votamos, por eso nos ponen zancadillas… (Fuente: El País)

En 2008 me quedé sin votar cuando estaba en Holanda, y viendo quién ganó aquellas elecciones y cómo nos ha ido desde entonces la verdad es que es una espina que tengo clavada muy dentro. Así que para estas elecciones me había preparado con tiempo, registrándome en todos los registros oficiales necesarios (como residente en el Consulado de España en Toronto, como votante en el extranjero en el censo electoral) y pidiendo el «voto rogado» nada más abrieron el plazo.

Y esa es la primera zancadilla que nos ponen a los que votamos desde fuera de España. Desde 2011 no nos basta con estar registrados en todas partes, además tenemos que pedir permiso para que nos dejen votar cada vez que hay elecciones. No es coña, y la definición de la Wikipedia es aún más clara y dolorosa:

El Voto Rogado es una modalidad de sufragio en la que, el elector potencial, se ve obligado a «rogar» que le sea concedido el derecho a voto (generalmente, por parte de una autoridad electoral). En la práctica, supone una forma moderna de sufragio censitario ya que, como consecuencia del «ruego», no hay un sufragio universal real, condición necesaria para que todo cuerpo electoral sea considerado plenamente democrático.

Aunque presenta ciertas similitudes con los procesos de inscripción al censo electoral que imponen algunos países para poder votar, se diferencia de éstos por el hecho de que, en dicho supuesto, ninguna autoridad está facultada para negar el sufragio activo de los electores que se inscriben mientras que en el caso del voto rogado, aunque no se trate de una práctica habitual, en principio, eso sí puede ocurrir.

Es decir, el voto rogado es una forma de «fomentar» la abstención, haciendo que nos sea mucho más difícil votar. Y, si nos fiamos de lo que dice la gente de Marea Granate, funciona a las mil maravillas:

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la participación electoral de los ciudadanos registrados en el Censo de Españoles Residentes Ausentes (CERA) se redujo de un 32 a un 4,95% entre las elecciones generales de 2008 y el 2011.

Pero aquí no acaba la cosa. debe ser que somos muchos los que, pese a las zancadillas, hacemos todo lo que podemos para votar. Así que tienen que buscarse otras formas de darnos por saco. Cuando estaba en Holanda los papeles nunca me llegaron, y esta vez me han llegado por los pelos. Cuando digo por los pelos quiero decir que no pude coger la documentación para votar hasta unas horas antes de que se acabase el plazo para votar, y que la única razón por la que pude hacerlo es que la oficina postal que me corresponde está en el mismo edificio que el Consulado. He tenido suerte, que a muchos de mis compatriotas los papeles les han llegado el lunes después de las elecciones, o lo que es lo mismo dos días después de que se acabase el plazo para votar.

Y las zancadillas continúan. Si estás en España vas al colegio electoral, metes la papeleta en un sobre, te miran el DNI y con eso te dejan meter el sobre en la urna. Pero si estás en el extranjero la cosa se complica, tanto si votas por correo como si votas en persona en el Consulado.

En mi caso, que como digo tengo la suerte de vivir al lado del Consulado, el proceso de votar en persona me pareció de lo más antidemocrático. Vale que la documentación llegó tarde y que a mí me importa un guano que el consulado vea a quién voto o dejo de votar, pero como venía directamente de la oficina de correos tuve que sentarme allí a escoger la papeleta con alguien del Consulado al lado (una tía muy maja y que no miraba, pero no deja de ser un tema feo). Además de eso, el sobre con la papeleta va dentro de otro sobre que tiene una fotocopia de mi pasaporte, y para rematar a ese segundo sobre hay que ponerle remite. Vamos, que si esta semana vienen a darme el paseillo está claro que es porque a alguien no le ha gustado mi voto.

En resumen, que se pasan la democracia por el forro. Menos mal que entre los que sí hemos podido votar les hemos dado un buen soplamocos a los dos partidos responsables no sólo de este tongo de república bananera, sino de la penosa situación en la que está España. Aunque la mala noticia es que Europa se está poniendo de un fascista que da miedo… eso os pasa por no votar, rojos.

voto en blanco forges
Hay que hacer algo útil con el cabreo: vota a otros (Fuente: El País)

Como dudo que nadie del parlamento lea este blog, también he rellenado las «quejas oficiales» que están preparando desde Marea Granate y AEXE (la Asociación de Emigrantes y Expatriados Españoles) para dar un soplamocos oficial.

Y el año que viene más y más fuerte, que tocan Elecciones Generales.


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