Adiós al cartoncillo rosa

En cuanto conseguí mis papeles de residente canadiense fui a sacarme el carnet de conducir. No es que me hiciese mucha falta, pero tras once meses por fin tenía algo que hacer, seguía teniendo todo el tiempo del mundo (uno no deja de ser un parásito social de la noche a la mañana, lleva su tiempo hacerse a la idea…) y sobre todo era mi oportunidad para deshacerme del infame cartoncillo rosa con la foto grapada que sigue siendo mi carnet de conducir español.

Para que entendáis la experiencia, tengo que explicar que el carnet de conducir coches normales en Ontario tiene tres fases. La primera es el G1 y te lo puedes sacar con 16 años. Sólo tienes que hacer un examen teórico (veinte preguntas sobre señales y veinte sobre normas), y por tanto no es de extrañar que tenga muchas limitaciones. Por supuesto no puedes conducir con nada de alcohol en sangre, y además sólo puedes conducir si vas acompañado de alguien que tenga el carnet Full G y al menos cuatro años de experiencia. Y por si eso fuera poco, tampoco puedes conducir en autopistas ni de noche, aunque te acompañe Jacques Villeneuve completamente sobrio.

carnet g1 canadá
Con el G1 puedes conducir todos los triciclos que quieras. Y poco más.

Doce meses después, u ocho si haces unos cursos especiales, puedes hacer un examen práctico en ciudad para sacarte el G2. Con éste ya puedes conducir sólo, de noche y por autopista, pero sigues teniendo restricciones. De nuevo, tu tasa de alcohol no puede superar el 0.0%, pero en este caso creo que no es por lo que pueda afectar a tus habilidades como conductor sino para que puedas entender el resto de las limitaciones. En principio, puedes llevar tantos pasajeros como cinturones de seguridad haya en el coche; pero si eres menor de veinte años y conduces de noche sólo te dejan llevar un pasajero durante los seis primeros meses o hasta que cumplas veinte años, salvo que uno de los pasajeros tenga el Full G y más de cuatro años de experiencia o que todos los pasajeros sean familiares directos.

Y tras doce meses con el G2 puedes hacer el examen práctico en autopista para sacarte el famoso Full G, que es lo que viene siendo el carnet de conducir. Si has seguido los pasos y yo lo he entendido bien puedes llegar aquí con dieciocho años o menos, como en España, así que aunque yo me voy a quejar en realidad el sistema mola porque puedes empezar a conducir desde antes. ¿Y por qué me voy a quejar yo? Porque si eres un inmigrante de un país sin acuerdo para que te convaliden el carnet tienes que empezar sacándote el G1. Vale, los españoles con un papelito del consulado que certifica tus años de carnet en España podemos saltar del G1 al Full G en una semana y sin pasar por el G2, pero es un tostón porque o haces el salto o el carnet te sirve más para comprar cerveza que para conducir. Y ojo, que si suspendes al intentar saltar al Full G entonces te hacen examinarte del G2 también, por ir de listo.

En mi pedante opinión de inmigrante cabreado podíamos empezar al menos en el G2, sobre todo cuando la lista de países que no necesitan ningún tipo de examen incluye el Reino Unido. Que sí, que la Commonwealth y la Reina y todo lo que quieras, pero yo al menos estoy acostumbrado a tener el volante en el lado izquierdo del coche. Entre otros, la lista también incluye a Estados Unidos porque está al lado, a Francia por los colonos en Quebec y a Australia por lo de la Commonwealth (conduzcan por la derecha o canguros). Bueno, y a Japón (que también conducen por el lado contrario), Corea y Alemania porque son los que hacen los coches.

Pero quien quiera enterarse bien de cómo funciona esto puede leerse el excelente post sobre cómo sacarse el carnet de conducir en Canadá que se ha currado otro inmigrante español. Yo voy a contar mi experiencia personal, que es lo que le interesa a mis padres y para dos lectores asegurados que tengo tendré que darles lo que quieren. Así que al turrón.

Me presenté en Service Ontario (que son quienes llevan el carnet de conducir, la tarjeta sanitaria y esas cosas) con los papeles para demostrar mi identidad, mi permiso de residencia, mi dirección en Canadá y, tras una gestión sorprendetemente eficaz en el Consulado, un papel que certificaba mi antigüedad como conductor en España. Todo lo que me hacía falta para que me dejasen hacer el examen de conducir. Y vaya si me dejaron. Allí mismo y en el momento, justo después de hacerme el examen ocular (aquí no se paga a otros por el paripé del psicotécnico) y la foto que me va a acompañar cinco años. Eso sí, me preguntaron si lo quería en inglés o en español. Lo pedí en inglés temiéndome una traducción de Google, aunque para el caso me habría dado igual en chino.

Y ojo, que no me fue excesivamente mal. Incluso aprobé la parte de las señales de tráfico. Pero si no sabía que iba a tener el examen ese día ya os imaginaréis que no tenía ni idea de qué era un conductor G2 y cuánto pueden beber sus acompañantes familiares directos. O cómo conducir en una calle con tranvía. O a cuántos pies se puede aparcar de una bomba de agua de los bomberos. O cómo contravolantear en nieve.

carnet conducir canadá
En cuanto empecé a leer y me enteré de para qué me iba a servir el G1 me agarré un pequeño rebote. Y no es para menos.

Así que me fui a casa con un bien merecido suspenso. Descubrí que el libro con las normas lo venden en varias tiendas por quince dólares, pero que también tienen una versión online bastante cutre pero gratis y perfectamente funcional. E hice lo mismo que con el examen de conducir español: me lo leí enterito una sola vez y luego hice tests de práctica en páginas web hasta que me sangraba el dedo de hacer click. Así descubrí que estaba estudiando para sacarme un carnet G1 que de poco me iba a servir a la hora de conducir. Pero lo importante es que me volví a presentar cuatro días después y aprobé. Y eso que entre las normas hay cosas que chirrían, como que to parallel park on the right-hand side of the road, find a space that is about one and one half times longer than your vehicle. Buena suerte con eso en Madrid, muchacho.

Ahora que ya tenía el G1 podía ir al día siguiente a por el Full G, pero había un pequeño problema: para hacer el examen necesitas un coche, que no tenemos. Muchas autoescuelas te lo alquilan (obviamente con el G1 olvídate de alquilar nada), y ya puestos te ofrecen paquetes con alguna clase práctica. Incluyendo las tasas del examen, unos trescientos dólares que como parásito social no estaba ganando todos los días, así que me tocó esperar. Pero todo tiene un límite, que una cosa es no tener trabajo y que tu novia tenga que mantenerte y otra que además la tengas de chófer. En cuanto tuve trabajo y dinerillo me mandaron a sacarme el carnet para poder conducir en los viajes a Val-David en vez de echarme siestas en el asiento del copiloto hasta la hora de parar en un Tim Hortons.

carnet conducir canadá
Da para una buena siesta arrullado por el run-run del coche. Y ahí falta la hora y media que se tarda en salir de Toronto un viernes…

Lo primero fue decidir si me arriesgaba a dar el salto directo a Full G. Es la opción lógica y, si apruebas, ahorras tiempo y dinero, y te quitas el asunto de en medio para toda la vida. Pero si suspendes no sólo tienes que repetir el examen del Full G, sino hacerte también el del G2, lo que multiplica a lo bestia los costes del asunto. La otra opción es ir a por el G2 primero, que es más fácil y mucha gente dice por ahí que a los examinadores no les gusta que saltes directamente al Full G en plan chulito. Esta opción es más segura, pero entre otras cosas aseguras que te va a costar trescientos dólares más que si apruebas el Full G a la primera. No sé vosotros, pero yo lo que no tengo de valiente lo tengo de rata, así que decidí intentarlo.

En cualquier caso, desde el principio a mí me sonaba muy bien la idea de ir a la autoescuela a por un par de clases. No es que necesitase que me enseñasen a conducir, pero sí saberme los trucos para aprobar el examen aquí. Al final cogí tres clases y creo que es absolutamente necesario. Además de ponerme al día en temas de gestión de permisos de autoescuela en Ontario, mi profesor de Europa del Este me enseñó los nombres de las maniobras que me iban a pedir y cómo efectuarlas a la perfección, que aquí hay que ir al límite de la velocidad permitida o un poco por encima siempre que sea posible, y que hay que mirar al punto ciego al menos cincuenta veces antes de hacer ninguna maniobra.

Y me salió bien. Pero siendo sinceros, con un coche automático el 85% del examen te lo has quitado de encima. Así que, ¿road trip, anyone?


Comentarios

5 respuestas a «Adiós al cartoncillo rosa»

  1. Hola! Pues ahora me dispongo a hacer el Full G. Ya he reservado un par de clases para prepararlo! En este caso voy a Learn Safe Driving School. A ver qué tal.

    1. ¡Suerte Miren! Cuando te lo quitas de en medio es para toda la vida, y da un gustirrinín….

  2. Ni mas ni menos, colega, es asi mismo como explicas, como eso de pasarse el puñetero tiempo que estas conduciendo, virando tanto el cuello pa ver los ptos ciegos que llegas a la casa con torticolis….que locura…

  3. Muy buena información! Y me encanta cómo escribes! Jaja…

    1. Muchas gracias 🙂 A ver si aprovechamos el verano para hacer un picnic español en algún parque toronteño!

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