Viaje en Metro escrito y dirigido por Tarantino

Todos los días cojo el Metro para ir al trabajo, más o menos a la misma hora. Me encanta ir en Metro, porque me permite ir leyendo, jugando a algo o incluso pensando (según la mañana que tenga) en vez de tener que ir atento al tráfico. Me gusta hasta tal punto que sólo cambiaría mis viajes en Metro por la posibilidad de ir en bici a todas partes, como cuando vivía en Holanda. Pero hoy el Metro de Madrid ha alcanzado un nuevo nivel y me ha regalado una experiencia difícil de superar, aunque la bici tenga freno de pedal o sea plegable.

Estaba en la línea 7 (para novatos: la naranja) cuando en la estación de Gregorio Marañón se ha subido una mujer que, un par de metros a mi izquierda, se ha puesto a recitar salmos de la Biblia. No es la primera vez que la veo, y la verdad es que ni siquiera la habría prestado atención nunca si no hablase tan alto que me desconcentra mientras leo. Así que ya estaba yo un poco mosca, pensando en poner mi mejor voz de predicador para decir a voz en grito «si Dios es tan poderoso como dices, ¿acaso puede crear una piedra tan pesada que ni él mismo pueda mover?» cuando, un par de metros a mi derecha, se ha oído un ruido difícil de reconocer pero que me ha sonado a algo entre la tos de mi abuelo y el sapo de El Laberinto del Fauno. Cuando he mirado a ver qué pasaba he visto a un grupo de personas saltando como canguros tratando de alejarse de una mujer que, con cara de tener el ébola, se disculpaba por haber vomitado de forma harto explosiva.

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Sólo ha faltado ver a Samuel L. Jackson con una pistola en la mano y hablando del cuarto de libra con queso para ser una escena típica de Tarantino.

En los segundos siguientes la situación se ha vuelto incluso más jocosa. Unos mirando con cara de asco el charco que empezaba a desprender un olor nauseabundo, un chavalillo mirándose triste la zapatillas que va a tener que llevar todo el día, la mujer tratando de no moverse mientras algunos buenos ciudadanos tapaban la vomitona con la bendita prensa gratuita y todo ello con la banda sonora de la metro-predicadora, que no se ha inmutado por nada y ha seguido con la misma voz y los mismos gestos. Las dos se han bajado en Avenida de América (la siguiente estación), y los demás viajeros hemos seguido a nuestras cosas como si nada.


Comentarios

2 respuestas a «Viaje en Metro escrito y dirigido por Tarantino»

  1. Me encanta el Metro de Madrid… solo es superado por las rocambolescas experiencias que puedes llegar avivir en los Buhos de Madrid 🙂

  2. Avatar de AtomicAunt

    Cuánto echo de menos Madrid, qué barbaridad…

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