La segunda salida de La Haya llevó los pies de los humanos y mi vientre liso y blanco (hace ya años que no es muy blanco, pero queda la esencia) a Rotterdam, una ciudad bastante interesante para salir de noche si eres amante de la música electrónica. No es mi caso. Es más, me repatea bastante los higadillos, así que lo que hicimos fue ir de día a conocer la ciudad y el que es el puerto más grande de Europa. Y como en toda Europa, unos parques enormes y bien cuidados que da gusto pisarlos.

Lo primero que vimos al salir de la estación de tren fue… obras. Al igual que todas las ciudades por las que paso últimamente hay alguna calle que tiene montada la de Dios es Cristo (o Mahoma es su Profeta, o como guste) por remodelaciones. Por suerte, en el caso de Rotterdam esto sólo nos afectó en la estación. Para el resto de la ciudad tenían montada una carrera con lo que había vallas por todas partes y había que escoger bien por dónde moverse.

Pero superada esa primera impresión y tras hablar con la chica más apática de las chicas apáticas de las oficinas de turismo del mundo mundial, emprendimos camino por uno de esos circuitos que te ponen en los mapas de turistas marcados con una línea roja y que normalmente nadie sigue. Pues nosotros lo seguimos y gracias a eso nos encontramos con algo que marcaría nuestra forma de entender Rotterdam y mi forma de relacionarme con los elefantes.

Si, un elefante rollo abeja y otro rollo Spiderman. Genial el detalle del elfantito negro en el pecho.
Sí, un elefante rollo abeja y otro rollo Spiderman. Genial el detalle del elfantito negro en el pecho.

Me refiero a un total de diecisiete elefantes como los que veis arriba, pintados de diferentes colores y representando diferentes cosas. Para más inri, quince de los elefantes estaban en la misma avenida al lado del canal. No sé a vosotros, pero a mí una ciudad que tiene elefantes de colores por la calle me mola. Además no son sólo los elefantes. También hay conejos de bronce de tamaño colosal y toda la ciudad parece estar saliendo de una feria de arte callejero: calles llenas de murales, puestecitos hippies por todas partes… pero hay dos cosas que nos llamaron la atención más que las demás.

Os digo que Rotterdam mola, está llena de colegas.
Os digo que Rotterdam mola, está llena de colegas.

La primera fue una cámara hiperbárica o algo por el estilo, sita junto a una escultura de Picasso junto a la que hay aparcado un carro blindado. Como supongo que nadie me cree ahí está la prueba en forma de foto. Se supone que dentro se oye el sonido del mar o algo así, pero yo estuve demasiado entretenido haciendo el mono como para saberlo.

¿Es o no es tal como lo cuento?
¿Es o no es tal como lo cuento?

La otra cosa digna de nuestra atención fue esto. Pongo primero la foto y luego comento para intentar transmitiros la misma sensación de desconcierto que sentimos nosotros:

Eeeeu… ¿cómo?
Eeeeu… ¿cómo?

Al principio también pensamos que era algún obrero trabajando sobre el rótulo de… la comisaria. Pero nos acercamos más y resultó ser un maniquí con formas de mujer, vestido cual mujer con aviesas intenciones y con el culo en pompa… y sí, sobre el rótulo de la comisaria. Hay que ser muy holandés para pasar al lado y no hacer fotos. No me preguntéis quién vistió al maniquí, cómo acabó en lo alto de la comisaría ni por qué nadie se había molestado en bajarlo. Simplemente asumid la realidad: no hay cuchara, hay un culo en pompa.

Sobre el puerto poco se puede decir, salvo que efectivamente es muy muy grande y estaba dando la vuelta un transatlántico de esos que para aparcar donde la O.R.A. flipas. Eso me permitió estar más cerca de un helicóptero en pleno vuelo de lo que los manuales recomiendan. Y probar uno de esos bollitos de arenque con cebolla, que oye, a mí me gustó.

No hay zoom en la foto…. Pero si un vendaval de flipar.
No hay zoom en la foto…. Pero sí un vendaval de flipar.

Por último, un apunte cultural. Si estás en Rotterdam y notas cierta adoración por la palabra Erasmus no te creas que eres el rey del mundo y que son todos muy majetes y les encantan los alumnos de intercambio y les ponen una estatua con un tío imponente. Erasmus es Erasmo. Si, el de Rotterdam de toda la vida.


Comentarios

7 respuestas a «Rotterdam: Una ciudad elefantástica»

  1. @Lucía: me alegro de haber conseguido dar una visión de Rotterdam que cuadre con tus recuerdos. Pero, para ser sincero, tengo que decir que he vuelto a Rotterdam y me ha parecido muy sosa, porque no había nada de mercadillos ni barcos gigantes ni helicópteros zascandileando…. eso sí, los conejillos seguían en su sitio, jejejeje.

  2. no sé cómo he acabado en tu blog, pero necesito decirte que tengo la piel de gallina… hace 4 años estuve de erasmus en rotterdam y no sabes que gracia seguir tu recorrido por sus calles, por su locura, por su diferencia con el resto del mundo… gracias, me has devuelto a «mi ciudad» por unos segundos

  3. @melonian: Saludos!! Si yo no he tenido tiempo para leer todo halloween no quiero ni imaginarme cómo habrá sido escribirlo…. Nos vemos en el Pacman 😛

  4. Jo, que guay…Ese elefanter-man me ha encantado!!!
    Ah, qué bien poder tener tiempo para leer!!!

  5. @Karol: sí, arte callejero en las calles de Rotterdam. Sí, hice fotos a todos los elefantes, como no podñia ser de otra forma. Y Berlín está en la lista, así que los buscaré 😉

    @Pah-put-xee:Para mí lo de la O.R.A. es un juego de palabras y lo que querían poner era «hora», porque te cobran por medida de tiempo. En cualquier caso ya está corregido… ¿qué guanos signifca?
    Y no, los elefantes los tienen repartidos por toda la ciudad, no por una zona específica.

  6. Avatar de Pah-put-xee

    Observo que la «hora» de Roterdam es muy distinta a la O.R.A. de Madrid… quizás sea un desfase cultural.
    Otra cosa : la senda de los elefantes que describes ¿se parece a la que hay en algunas poblaciones de aquí? quiero decir ¿es la zona donde todo el mundo acaba trompa? ¿o es que estás tan trompa que ves elefantes de colores?
    Lo siento chico… tienes mala fama y va a ser difícil quitarte el cartel de encima.

  7. Rotterdam??Arte callejero?? Joooooooooooo…. yo kiero ir… Hicistes fotos a los 17 elefantes??(dicen que los elefantes con la trompa hacia arriba dan buena suerte)
    Eso me recuerda que en Berlín encontré tambien algo parecido: había 17 osos diferentes, cada uno caracteristico de un país, como «el oso de la libertad»….

    P.D = No te equivoques, vayas donde vayas, ten cuidado con las vallas 😀

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