En mis últimos días en La Haya tuve la ocasión de disfrutar de los partidos de España en la Eurocopa, con la buena suerte de ganarlos todos (incluídos esos cuartos a penaltis contra Italia) y tener entre los amiguetes a integrantes de la afición contraria. Para remate de las suertes, pude ver la final en casa con mi padre, una saca de pistachos y unas claras de cerveza. Y para megaremate, fuímos y ganamos. Olé.
Pero hay algo que me parece francamente mal, y que los medios están pasando por alto: o ganar la Eurocopa provoca unos efectos muy similares, o nuestra selección iba bastante curda en las celebraciones. Vamos, yo nunca he ganado una Eurocopa y no sé el estado anímico de euforia que provoca, pero sí he visto a gente borracha y para mí que varios de los jugadores iban completamente mamaos.
httpv://es.youtube.com/watch?v=wfBXRe9hhpo
A ver, que yo entiendo, respeto y defiendo (por lo que me interesa) que un grupo de chavales de veinte o veinticinco años sean unos fiesteros, y más después de hacer una machada como ganar la Eurocopa, encima merecidamente porque hemos sido mejores que todos los equipos contra los que hemos jugado. Pues sí, entiendo que apetezca desmadrarse y estoy seguro de que la fiesta privada en el hotel la noche del domingo fue una locura en la que yo me lo habría pasado genial. Pero era una fiesta privada, y no podemos asegurar que alguno estaba subido a una mesa, bajándose los pantalones y diciendo “por aquí les hemos dado a los alemanes”.
El problema llega en cuanto las cámaras tienen acceso a la fiesta. Si en las imágenes del avión se les viese a todos sentados, resacosos y con ojeras, pues bueno, es lógico después de semejante fiestuca (y así se les ve en la recepción con el Rey). Lo que no es bueno es que se les vea subidos a los butacones, saltando y gritando, y se vean latas de cerveza en sus manos. Que a mí me da la impresión de que alguno va como la burra romera. Y esa fiesta luego se trasladó al autobús. Aparte de seguir en ese estado eufórico y chillón, se les ve con latas de cerveza (ojo, también se ve a gente bebiendo Coca-cola) y vasos de tubo, en los que previsiblemente había algo más potente que Fanta piña con hielo. De hecho, mi padre asegura que en una de las imágenes vio una botella de JB rulando por el autobús.
httpv://es.youtube.com/watch?v=gTbIflY31fI
«¿Y qué? Si han ganado la Eurocopa, se merecen todas las fiestas del mundo, que son jóvenes.» Pues sí. Pero estos jóvenes son deportistas de élite a los que todo el mundo sigue y adora. Los chavales de diez años dicen que quieren ser como Villa (e incluso alguno hay que quiere ser como Torres) cuando sean mayores. Y no es un buen ejemplo que los chavales, a los que se les dice que la vida del deporte es la elección sana y que deben alejarse del alcohol, el tabaco y las drogas, vean a sus ídolos recorriendo Madrid aparentemente encogorciados en un autobús y bebiendo como cosacos. Eso es mandar a la mierda años y años de campañas de concienciación.
Y esto es lo que yo quería decir, porque es lo que, a mi entender, pasó el lunes. Porque estoy muy contento de que hayamos ganado la Eurocopa y de que por fin salir a la calle con la bandera de España no signifique ser un facha, pero me preocupo por las generaciones futuras. Y porque a mí Gallardón no me deja hacer botellón y a estos les pone escolta policial para que se lo monten en un autobús, qué injusto.
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