Viajar en avión: cosas que ninguno sabemos

La verdad es que en los últimos años he tenido la suerte de viajar un montón. Y por supuesto que no me voy a quejar por las pequeñas incomodidades que he sufrido mientras vosotros, cachos-carne y encima pringaos, lo más lejos que habéis ido es a la última estación de la L10 del Metro. Pero sí voy a dejar clara una cosa: el avión es la forma más peñazo de ir de un lado para otro que ha inventado el hombre. En principio, el concepto no difiere mucho del autobús: te subes, el cacharro se mueve, te bajas. Pero hay pequeños detalles que lo diferencian, y que he decidido sacar a la luz.

Yo no tengo claro con cuál me quedo...
Yo no tengo claro con cuál me quedo…

Para empezar, hablemos del billete en cuestión. Cuando vas en autobús, sabes que el trayecto Madrid–Villarrebuznos cuesta 20 Euros lo hagas el día que lo hagas y lo compres el día que lo compres.  Y si no hay más sitio en el autobús, pues no puedes comprar tu billete y no subes. Pues con el avión no es tan fácil. Pongamos que en la fila central del avión se sientan tres personas. Es perfectamente posible que uno haya pagado 50 Euros, otro 120 y el tercero 670. ¿Porqué? Pues nadie lo sabe.

Se supone que si compras el billete con dos años de antelación, te aseguras un precio super bajo. Pero también pasa si lo compras cuando el avión está ya para salir y sólo quieren retacarlo bien. El problema lo tienes si lo quieres comprar la semana antes de volar, que es cuando te van a clavar de lo lindo. A no ser que pilles una oferta, claro. Pero ojo, que tú puedes ver la oferta y a los diez minutos el precio ha subido. Conclusión: nadie tiene ni pajolera idea de cuánto cuesta realmente un billete de avión. No hay forma de razonarlo con “pues la gasolina cuesta esto, la comida esto, el cacharro en sí esto, la tripulación cobra tanto… y eso se reparte en cada billete”, y eso hace que pagues lo que pagues te sientas estafado. Habría que acabar con este oscurantismo de la aviación.

El siguiente gran defecto de viajar en avión todo lo que rodea a viajar en avión. Volviendo a comparar con el autobús, si el bus sale a las 19:00 tu tienes que llegar a la estación a las 18:57, meter tu maleta y subirte al autobús. Pues con el avión no. Si ya has comprado el billete con trescientos años de tiempo, consideran que tampoco te importará tener que estar en el aeropuerto dos horas antes de que salga el avión. ¿Por algo en especial? Pues nadie lo sabe.

Gente aburriéndose por llegar con sus dos horas de antelación
Gente aburriéndose por llegar con sus dos horas de antelación

“Sí se sabe, es para facturar y subir al avión y todo eso, que hay que subir a 300 personas”. Bien, eso tendría sentido. Salvo por el detalle de que el avión no está allí dos horas antes, y no te dejan subirte hasta el último momento. Da igual que tú hayas sido majete y te hayas plantado allí dos horas antes aun sabiendo que te vas a aburrir como una ostra porque los Duty Free no dan para tanto. Por previsor que seas, al final tienes que vivir uno de los momentos más estresantes de la vida del ser humano. Cuando las trescientas personas que tienen que subir en el avión y que están hasta los mismísimos de dar vueltas por la terminal oyen que ya se puede embarcar se produce una reacción que saca nuestros instintos más básicos: una estampida. Y lo digo yo, que soy el que más se estresa por llegar primero y tener hueco para dejar la maleta cerca de mi asiento.

A ver, señores, que vamos a abrir la puerta de embarque.
A ver, señores, que vamos a abrir la puerta de embarque.

Pero bueno, ahora ya estás metido en el avión. Y como todo el mundo lleva allí la leche de tiempo y todo ello responde a un plan medido al milisegundo por la compañía, ya es hora de salir. Es decir, una vez que el autobús se llena, el autobús arranca y listo. Pero no pasa lo mismo con el avión. ¿Por algo en especial? Pues nadie lo sabe.

Y digo yo que saldrá en hora, porque para eso me han hecho venir dos horas antes. Pues no. ¿Por qué? Nadie lo sabe. Pero es una especie de ley de los aviones, que una vez tienen a todo el mundo dentro hay que esperar un rato antes de hacer nada. Y lo peor de todo es que encima se ponen a esperar a la gente. Vamos a ver, si hemos quedado con dos horas (DOS HORAS) de antelación, si alguien no viene a tiempo (probablemente un español, ojo) que le den por saco. Suficiente tengo con saber que aún me quedan como 20 minutos para despegar, dando vueltas por las pistas o simplemente parados delante de los hangares.

Explosión de alegría por el tan esperado despegue.
Explosión de alegría por el tan esperado despegue.

Entonces viene la parte buena del avión. Despegas y te pones a volar, y haces 5.000 kilómetros en sólo seis horas. Aquí no digo nada del autobús porque toda comparación es humillante. Además, los aviones de ahora suelen ser de sillones cómodos, y el único problema es que es un coñazo que te pasas y miras por la ventana para entretenerte y es todavía más coñazo. Salvo una vez, que era de noche y al fondo había una tormenta con todos sus rayos, tengo comprobado la ventana no es una opción de entretenimiento. Como la mayor parte de las pelis que te ponen, por otra parte.

Luego llega el momento en que el capitán anuncia que vas a aterrizar, pero es un poco mentira. ¿Por qué? Pues aquí yo creo que es para que la gente piense que el vuelo es más corto. Si cuando queda media hora te dicen que ya casi estás, pues te entra la alegría. Pero la realidad es que aún te queda aterrizar, dar vueltas por las pistas, llegar a la puerta de desembarque, que abran las puertas y que salgan todos los pasajeros que están más cerca de la puerta que tú. Y lo peor es que todos los pasajeros por delante de ti son lentos y tienen una pachorra encima que no veas, mientras los que tienes detrás han vuelto a encender el modo estampida y consideran que la mejor forma de desalojar el avión es meterte su maleta por las costillas.

Pero bueno, ya por fin estás fuera… del avión. Lo normal es que aún te quede caminar entre cinco y diez minutos para poder llegar a la sala donde tienes que esperar otros 15-20 minutos a que salga tu maleta. Si sale y está entera (dos cosas que rara vez se dan en el mismo aeropuerto) ya sólo te queda pasar un control o dos de pasaportes y aduanas y estás donde querías. Así que te queda un día menos para tener que volver.

Y todo esto contando con que era un vuelo directo y no has tenido que doblar todos los pasos, quedándote estancado en un aeropuerto entre medias que seguramente no tiene nada interesante o lo tiene pero como son las tres de la mañana está todo cerrado.

Y aun así, es la mejor forma de ir al otro lado del mundo en sólo ocho horas.


Comentarios

5 respuestas a «Viajar en avión: cosas que ninguno sabemos»

  1. Es el momento perfecto para contar una «anécdota».

    Si hablamos de músicos ya ni te cuento lo peñazo que puede ser ir en avión. Aquí la menda toca el violoncello, y para ir en avión con él no puedes meterlo en la bodega porque puede acabar peor que pasado por una batidora, así tienes que llevarlo contigo en el avión, lo que supone pagar otro billete. Eso si es que te dejan subirlo al avión, claro (sí, hay compañías que no te dejan subir un instrumento).

    Pongamos el suceso: Viaje Alemania-España con LanChile. Compré el billete para mí y otro para el cello. En el avión se escurría del asiento constantemente, y no llegaba el cinturón para ajustárselo. Al final, me lo metieron en el miniarmario ropero que hay en primera clase, que estaba completamente vacío (ahí iba bastante seguro). Total pagué un billete para nada, porque el asiento donde debería haber ido mi cello se quedó vacío.

    Ains..

  2. @Pah-put-xee: Ya he dicho que seguiremos cogiendo aviones mientras sea lo más rápido por tanta diferencia.

    @Silvia: mira, eso no me ha pasado. Soy más de reservar aviones que no voy a coger nunca, y como los compro sins eguro de cancelación ni de ningún tipo me los como.

  3. jeje y también pasa que te puedes equivocar al hacer la compra por internet y poner el día que no era. Si quieres cambiarlo.. puf 45 euros mínimo de sanción + nuevo precio variable.

  4. Avatar de Pah-put-xee

    Como dijo el gran Forges: «¿Cómo es posible queIberia nos haya perdido las maletas si ni siquiera hemos salido de casa estás vacaciones?»

  5. Avatar de Pah-put-xee
    Pah-put-xee

    Haría algún comentario, por ejemplo sobre aquellos tiempos en los que al autobús del pueblo se le denominaba «la camioneta», pero no me da tiempo porque pierdo el avión (y probablemente las maletas).

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