Hace ya más de seis años que sobreviví a mi primer invierno en Canadá. Recuerdo que llegué a Ottawa consciente de que por estas tierras hacía más frío que en Burgos, pero también recuerdo la sensación de salir a la calle con -25ºC y pensar que nunca antes en mi vida había sentido nada similar: tanto frío que duele al respirar, que no puedes estar en la calle mucho rato porque lo mismo tienen que amputarte algo, que no se te cae el moquillo porque se congela.
Si sobreviví a aquel invierno fue única y exclusivamente porque me gasté lo que hizo falta (lo que hizo falta que me mandara mamá, se entiende, que yo en aquel entonces no podía trabajar aquí) en la ropa de invierno que me recomendaron: calcetines, botas de nieve, un abrigo espectacular, manoplas, bufanda, gorro, ropa interior térmica… podéis ver el armario al completo en este artículo que escribí al volver a Madrid en abril de 2009, que también incluye las cosas que me regalaron para asegurar que mi primera visita a Canadá no fuese la última.
Todas aquellas compras han aguantado años pese al uso intensivo, pero el invierno pasado el abrigo y las botas dijeron basta. Un poco jodienda que me haya tocado renovar a la vez las dos partes más caras del equipo, pero todo sea por otros seis años sin que tengan que amputarme nada. Y ya puestos, aquí va una versión actualizada de cómo vestirse para sobrevivir al invierno canadiense, esta vez con más experiencia y dinero propio.
Abrigo ($430)
En 2008 en Ottawa me recomendaron pillarme un abrigo de The North Face, y por una increíble alineación de planetas me pusieron en bandeja un descuentazo impresionante: acabé con un shell (cortavientos) de $400 por el que pagué unos $215. La gracia de estos shell tan «técnicos» es que abultan poco y son muy ligeros pero protegen totalmente del agua y el viento, así que no pierdes calor. Eso sí, necesitas una capa interior que caliente. Yo lo completé con un forro polar de Marmot de unos $100 que todavía está perfecto, y con eso he pasado seis inviernos con temperaturas que han llegado a -32ºC.
Este año mi duda estaba entre repetir el invento con otro shell o cambiar a una parka, que es como llaman aquí a las chaquetas de una pieza con relleno (sintético o plumas). Reconozco que prácticamente sólo he mirado The North face y Marmot… lo de no haber sufrido congelaciones, que crea mucha lealtad de marca. Además están entre las mejores en cuanto a calidad precio, creo yo, aunque también recomendaría mirar MEC y Patagonia.
El problema del shell era el precio, porque no iba a encontrar otra ganga como aquella. El problema de las parkas es que abultan mucho más y son más incómodas para hacer deporte (bici, esquí, raquetas de nieve, patinar sobre hielo…) o simplemente para coger el metro (porque ocupas como tres personas).
Al final y tras pensarlo «demasiado» (en palabras de la cacho-novia) me he decidido por una chaqueta de dos piezas de The North Face, con tecnología GoreTex alienígena en el shell exterior y conjuros de calor de bola de fuego de nivel 14 en la capa interior. Un total de $430 que, aunque aunque me había marcado un presupuesto máximo de $400, si sale tan bien como su precedesora me parecerá buena inversión. De momento ya tiene una cosa más cómoda que es que la capa interior y la exterior están hechas para ir juntas así que se enganchan la una a la otra, y es más fácil ponerse y quitarse el abrigo sin perderse en un lío de mangas y parecer subnormal.
Por supuesto se puede sobrevivir con cosas mucho más baratas, y encontrar el abrigo perfecto depende de las necesidades, gustos y posibilidades de cada uno. Para los abrigos ya serios, yo diría que hay que calcular al menos $300 (más impuestos, como todo por aquí…), y por arriba el límite está en lo que te quieras gastar: Canada Goose y Norris son fácil $700 y $800 la chaquetilla. Que vas calientito como en Sevilla en agosto, pero creo que es innecesario salvo que vayas a vivir mucho más al norte… y además algunos no son impermeables porque están pensadas para temperaturas en las que el agua directamente no existe, es todo nieve o hielo.
En cualquier caso, aquí van unos consejos básicos para escoger abrigo:
- La capucha que caliente, nada de esas plegables, desmontables o finas como las de un chubasquero. Cuando estás en una tormenta de nieve notas la diferencia.
- Largo para que te cubra los muslos o ajustado a la cintura para que no te entre el frío, lo que más te guste.
- Impermeable y que corte el viento, para que puedas usarlo de noviembre a marzo haga lo que haga fuera. Lo del viento es muy importante porque es el responsable de la sensación térmica, que es lo que hace que sientas mucho más frío del que hace.
Botas ($160)
Aquí me lo he pensado mucho menos, porque la elección es bastante más sencilla: botas que sean del tamaño del pie (algo más grandes para que haya sitio para los calcetines gorditos), que sean calientes e impermeables, y que la suela ayude a evitar resbalones en la nieve y el hielo.
He repetido marca y casi hasta modelo de bota: unas Merrel con suela Vibram que prometen aguantar bien hasta los menos veinti-muchos grados. Si vas a vivir en sitios donde se acumula mucha nieve es mejor mirar botas más altas para que no te entre la nieve dentro, pero en las grandes ciudades como limpian las calles no es necesario.
En 2008 las botas me costaron algo más de $100, pero eran dólares estadounidenses que valen más y fue en Estados Unidos, que todo es más barato, y además fue en un outlet que es lo más barato. En el centro de Toronto en plena temporada de botas me han costado $160, que está dentro de la media. Otras marcas con buena reputación y bien de precio: Keen, Baffin y Sorel.
Manoplas ($27)
Cuando hace frío de verdad, del de perder dedos por congelación, la manopla es infinítamente superior al guante. En el guante cada dedo se enfrenta al frío por su cuenta, mientras en la manopla todos los dedos se juntan y crean una bolsa de aire caliente.
Para el día a día (cuando estás ya por debajo de cero grados), unas manoplas de lana o piel son suficiente, con tal de que sean calenticas. Casi todas tienen dos capas, la exterior más recia y la interior más comfortable. Para esquiar o ir en bici es mejor mirar materiales de más tecnología para que corten bien el viento y se ajusten a la muñeca, y para cuando de verdad hace frío las manoplas que vienen con un guantecillo interior fino para dar más calorcillo se agradecen. Para los ciclistas, lo mejor son los «lobster gloves», un híbrido entre manopla y guante que es más caliente que el guante pero te da más agilidad de dedos que la manopla para frenar o cambiar de marcha.
El precio medio va desde $15 hasta $80, aunque también las hay mucho más caras. Yo para la bici y esquiar he encontrado unas muy majas de las que vienen con guantecillo interior (las de la foto) por $27. Para cuando voy en metro tengo unas de lana que costaron $12, creo recordar.
Accesorios
Hasta aquí las cosas que he comprado nuevas este año para sustituir lo que se ha roto. Pero por dejar el post más completo, aquí va un repaso rápido a los mejores accesorios para no pasar frío:
Bufanda: no creo que haya mucho que explicar, salvo que no valen los trapillos finos y tiene que ser algo que de verdad abrigue. Mil gustos y estilos, lo importante es saber ponérsela para que tape el cuello y, cuando arrecia el frío, la nariz y la boca.
Gorro: está demostrado que una de las partes por las que el ser humano pierde más calor es la cabeza, y una de las partes en las que más duele llevarse una toba en invierno es la oreja. Con un buen gorro solucionas las dos cosas. En Canadá hay gorros calentillos y hay gorros para vivir en Yelowknife. Aunque el de Yellowknife mole para hacer la gracia y mandar fotos a España, es un exceso para el día a día de Toronto.
Pasamontañas: otra exageración para el día a día, y además la pinta de terrorista no compensa. Pero para ir en bici o para esquiar es la leche. Me lo he comprado este año pensando sobre todo en los pocos días que me atreva a bicicletear al trabajo, y se nota mucho la diferencia. Además es mucho más cómodo para ir con el casco que llevar bufanda y gorro.
Calcetines: aunque duela, cuando hace frío de verdad hay que olvidarse de los calcetines chulos: es más importante conservar el pie para poder lucir los calcetines chulos en verano. Los calcetines tienen que ser calenticos y que transpiren (el sudor te acerca a la congelación, así que hay que evitarlo). La lana merino es seguramente lo mejor porque es fina pero muy caliente, pero no es la única opción.
Ropa interior térmica: sí, es la bomba. Pero hay que usarla sólo cuando hace mucho frío y se va a estar mucho tiempo al aire libre. Si llevas calzoncillos largos térmicos para ir a la oficina te va a sudar el culo durante ocho horas, y no es agradable ni necesario.
Conclusión
La gente vive en Canadá pese al frío porque están muy bien preparados, y cualquiera puede adaptarse a las temperaturas de por aquí. Puede llevarte un invierno, cinco o diez, pero aprendes a vivir con ello y estar preparado.
De hecho, el mayor reto para los que venimos de países calentitos es precisamente no pasarse con la preparación: si te pones las manoplas cuando no hace suficiente frío, las manos te van a sudar todo el día. Si te pones el abrigo gordo ya en noviembre, ¿qué te vas a poner en Febrero, cuando la temperatura baje otros quince grados? ¿Qué necesidad tienes de comprarte un abrigo para sobrevivir a -40ºC si vives en Toronto y no en Calgary?
Si vives en un país como Canadá acostúmbrate a tener un poco de frío de vez en cuando, que con que tengas dos dedos de frente no te va a pasar nada. Pero si de verdad quieres sentir calor, no te andes con tonterías y comprate un traje como el de la foto…
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