Un año en Canadá

Hoy se cumple un año desde que me vine a Canadá con la intención y los apaños hechos para quedarme de manera indefinida. No soy muy amigo de hacer repasos al final de año, pero reconozco que este año ha sido especial en todos los aspectos y pese a la cantidad de tiempo tirado en el sofá que me he pasado, así que me ha dado por hacer este post que espero no sea muy tostón. Incluso me he vestido para la ocasión.

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Hay que tener percha para llevar smokin…

Por un lado y pese a las muchas dificultades, hemos terminado el papeleo de inmigración y a día de hoy ya tengo número de la seguridad social en Canadá, carnet de conducir y seguro médico. Incluso estoy ya enviando curriculums para poner fin a mi vida de parásito social, lo que ayudará a que 2013 sea un año mejor en lo económico (y peor en el rascamiento de barriga) y esperemos que también en cuanto a los viajes… porque aunque no lo parezca 2012 es el año en el que menos aviones he cogido desde 2003, que se dice pronto.

A cambio, 2012 ha sido de lejos el año en el que más visitas hemos recibido, disfrutando de escapadas increíbles a parques naturales (descubriendo también el Canoe Camping), de uno de los mejores parques de atracciones del mundo (Canada’s Wonderland), y de algunas comilonas que pasarán a la historia. A cambio, también hemos sufrido las consecuencias de tener invitados que roncan nivel «ahora hay que esperar al tsunami» en un apartamento sin habitaciones, pero ha merecido la pena. Y pese a que las leyes no me dejaban trabajar ni estudiar lo cierto es que he aprendido dos cosas de las que estoy bastante orgulloso.

La primera es, por supuesto, hacer pan. Hace doce meses estaba empezando con esto y mis panes respondían a la definición de «pan», pero no eran nada del otro mundo. Ahora hago panes por los que merece la pena esperar las 16 horas que tarda la masa en fermentar, crackers de los que hasta los chefs me piden la receta porque compiten con las «baked pitas«, y ayer casi nos terminamos de una sentada mi primer pan de pasas y pistachos. Lo único que me falta es poder llevar los panes recién hechos a las reuniones de mi familia, pero todo llegará.

La segunda cosa que he aprendido es mecánica de bicicletas. Hace siete meses estábamos buscando un sitio donde nos pudiesen arreglar una rueda pinchada, y gracias a una recomendación acabé yendo a Bike Pirates, una organización sin ánimo de lucro donde no te arreglan la bici sino que te explican cómo arreglarla y te dejan un hueco en el taller y todas las herramientas que te hacen falta. Sólo te cobran por las piezas nuevas que necesites, y por todo lo demás (piezas de segunda mano, uso del espacio, ayuda técnica cuando la cosa te supera, etc.) te piden una donación «pay what you can». El caso es que después de un par de visitas para arreglar nuestras bicis empecé a ir como voluntario, y si antes no sabía ni cómo arreglar una rueda pinchada (¿cuántas veces tuve que pedir a Hugo que me ayudase con la bici en Holanda?) el otro día estuve ajustando los frenos de una bici de carreras como un profesional.

Para el 2013 me quedan un par de retos interesantes. Por ejemplo, no descansaré tranquilo hasta que no consiga hacer bollos preñaos de primera, que con eso hasta podría montar mi propio puesto de comida callejera. Pero también me queda ir a clase para pulir el inglés todo lo posible y volver a estudiar francés, que lo tengo en la punta de la lengua pero no termina de salir. Pero todo depende del trabajo, que tras todo un año sin un sueldo entenderéis que es la prioridad número uno… como para cualquier español de mi generación. Ahora os dejo que el deber llama: vamos a hacer roscón de Reyes para mañana, que aunque en la parte francesa de Canadá los venden aquí en Toronto ya han dado por terminada la Navidad.


Comentarios

6 respuestas a «Un año en Canadá»

  1. […] los socios – por ejemplo Bretz’Selle, al que se me ocurrió apuntarme después de ver esta entrada de un calcetín en Toronto […]

  2. Una gran entrada, ¡sí señor! Es bueno hacer repaso de las cosas de vez en cuando. En tu caso has sacado cosas buenas (daría cualquier cosa por saber hacer pan!!!)

    Seguro que este nuevo año con un trabajillo verás las cosas de otra manera 🙂

    Un beso!

  3. Me alegro de que todo vaya bien! Pronto todos estaremos en el extranjero, así que te puedes considerar un pionero. 🙂

  4. Avatar de Karl Malone
    Karl Malone

    Ánimo desde Estrasburgo, que yo ando más o menos igual que tú por aquí, aunque sin los problemas de papeleos (para algo tenía que servir la UE!). Por cierto muy chulo lo de reparar las bicicletas, he estado mirando y también hay algo parecido así que ya tengo donde reparar la mía, que me la compré en un mercadillo y está un poco hecha polvo.

    Un abrazo Stokcton!

  5. ¿¿Bali?? Tío la próxima vez que un nigromante te diga que la gente te odia por los celos de tanto viaje que sepas que soy yo… Ya podías hacerte un blog de la vida londinense para tentarnos bien 🙂

    Ahora mismo el roscón está subiendo según lo esperado (con un poco de ayuda del horno, que aquí hace demasiado fresquete para que esto funcione), así que parece que vamos bien.

  6. queremos receta del roscón y foto del resultado. feliz año, by the way. venid a vernos a Londres. Publicidad de mi blog: balinewyear.blogspot.com besos a Laurence.

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