A principios de este año decidí hacer unos cambios a mi super bici para ponerla más a mi gusto, pero al final entre unas cosas y otras acabé gastándome algo más de pasta de lo que esperaba. Que como podéis ver en la foto ha merecido totalmente la pena y estoy más feliz que una perdiz, pero aparte del molonismo necesitaba alguna otra excusa para justificar el gasto.
Por suerte en el trabajo hay gente muy biciclística, muy maja y muy persuasiva que me ha convencido para apuntarme a una carrera benéfica, el Ride for Heart. Y como carrera benéfica norteamericana que es, me toca recaudar dolarcillos, así que si queréis ayudarme desde ya os dejo el enlace aquí.
Este tipo de cosa benéfica es muy típica en esta parte del mundo, y la idea es que una persona (yo) se pone a sí mismo un reto y pide a sus amigos, su familia, sus contactos en Facebook, sus seguidores en Twitter, los que ven sus fotos en Instagram y los que leen su blog que contribuyan unas monedillas a cambio del reto. Todo por una buena causa. En este caso, la investigación del factor genético en las enfermedades cardiacas.
Mi reto va a ser sacarle brillo a la bici y recorrer al menos veinticinco kilómetros por las dos autopistas que pasan por el centro de Toronto: la Gardiner (que va prácticamente todo el rato a la orilla del lago) y la DVP (Don Valley Parkway, pero aquí se mola demasiado como para pronunciar tantas sílabas).
Que sí, que veinticinco kilómetros por autopista no es comparabale a la subida del Angliru, pero no os olvidéis que mi bici no está pensada para estas cosas. Porque por más que mole, y sobre todo ahora que tiene el manillar nuevo y hasta guardabarros que he puesto para no mancharme de camino al trabajo, sigue teniendo una sola marcha y eso cuando llega una cuesta arriba tras una hora dando pedales se nota. Para que os hagáis una idea, de casa al curro tardo una media hora y son siete kilómetros en los que la mayor cuesta son un par de pasos de peatones elevados.
Además, esta es la primera carrera en la que voy a participar después del fiasco de la carrera de San Silvestre en Madrid en diciembre de 2011, cuando entrenando para despedirme de Madrid como un campeón (me vine a Toronto cinco días después… ¡hace ya más de cuatro años!) me gané una tendinitis en las dos rodillas que me tuvo meses asqueado y me valío tener que usar plantillas para correr porque mis piernas están torcidas.
Vamos, que de verdad va a ser un reto y que si queréis echar una manilla os lo agradezco. Mi objetivo oficial no son más que $100, así que si os apetece invitarme a una caña por una buena causa lo podéis hacer aquí. Yo os lo agradeceré mucho, y la gente que vive pendiente de los males del corazón todavía más.
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