Una boda india en Canadá

Cuando nuestros amigos Yasmin y Dan nos dijeron que iban a casarse nos alegramos mucho. Por ellos, que les queremos mucho, pero sobre todo porque eso nos convertía en invitados a una boda india, que si alguna vez habéis visto una película de Bollywood ya os imaginaréis que es la leche. Y aquí va un spolier: la realidad le da mil vueltas a la ficción.

Pero empecemos por el principio. Que la boda iba a seguir la tradición india era algo que tenía todo el mundo muy claro, porque la familia de Yasmin es punjabi. Poco importa que el padre de Yasmin sea persa, o que la familia de Dan sea canadiense de pura cepa (todo lo pura cepa que se puede ser en un país que sólo tiene 150 años): la familia india es más grande y la cultura punjabi más extrovertida, así que suele imponerse. Sobre todo en lo referente a las celebraciones, porque todo el mundo está de acuerdo en que montan las mejores fiestas.

baile boda india
El mejor resumen de una boda india. Para que vayáis entrando en calor.

Para quien no lo sepa, las bodas indias son eventos masivos que duran semanas. En palabras de la novia, es así porque una parte importante de la cultura punjabi es presumir y, en este caso, demostrar que eres capaz de montar la mejor boda de la historia. Así que las dos familias (la del novio y la de la novia) organizan un montón de fiestas de las de «que no falte de ná» para lucirse todo lo posible.

Como la familia de Dan no tenía experiencia en bodas indias lo que hicieron fue dejarse organizar por la madre de Yasmin, y en vez de hacer eventos separados incluir a las dos familias en todas las celebraciones del lado de la novia. Bueno, incluyeron a las dos familias, a los amigos, a los amigos de los amigos… porque si algo he aprendido que donde cabe una familia india cabe medio Toronto, y ellos encantados de invitar a Toronto entero si se puede.

Al final los novios tuvieron unas dos semanas de eventos familiares y macrofiestas, y a nosotros nos invitaron a tres cosas: el sangeet, el mehndi y la boda en sí misma.

El sangeet

El sangeet (que según la Wikipedia significa «música» en sánscrito) es una fiesta que celebran las familias del novio y de la novia con el objetivo básico de ver quién monta la mejor juerga. Es decir, un día tienes el sangeet de la familia de la novia y otro día el sangeet de la familia del novio.

Al parecer al principio de los tiempos el sangeet era una celebración sólo para mujeres en la que hacían bromas sobre los suegros y daban consejos sobre la vida matrimonial. Luego evolucionó para incluir a todo el mundo, llegando a montarse sangeets de diez días (ya he dicho que esto va de lucirse). Por desgracia ahora con nuestra forma de vida y los horarios de trabajo eso es poco factible y se queda en una noche.

Cantando canciones tradicionales indias sobre el amor y el matrimonio.
Cantando canciones tradicionales indias sobre el amor y el matrimonio.

De todas formas la tradición es tan flexible seguramente porque en el sangeet no hay una ceremonia específica. Se trata simplemente de comer, beber, bailar y pasártelo lo mejor que puedas. La música la componen sobre todo canciones tradicionales que siguen dando consejos para la vida de casados y esas cosas… y yo estoy seguro de que dicen algo subidito de tono que no nos tradujeron, pero vamos, es lo que pega.

Pero lo importante del sangeet es bailar, y además hay un poco de pique entre las familias para ver quién baila mejor. Eso sí, no puedes ponerte a bailar en el centro del corro cuando te de la gana sino que las canciones van anunciando a quién le toca bailar: los padres de la novia, los amigos del novio, el padre del novio con la madre de la novia, las primas de la novia, los tíos paternos del novio… y al final obviamente la feliz pareja, y luego el desmadre.

La parte importante del sangeet es bailar.
La parte importante del sangeet es bailar. Aquí vemos a la novia con uno de sus primos.

Yo estuve esperando a que llamasen a bailar al calcetín del novio de una amiga de la novia, pero debe de ser tradición en otra parte de la india porque no lo dijeron. Pese a ese chasco me lo pasé muy bien (que insisto, es lo que me dijeron que había que hacer), y además nos dieron una mini-clase de baile indio para que el día de la boda no hiciéramos mucho el ridículo.

El mehndi

Al día siguiente del sangeet celebraron el mehndi, que ahora en muchas familias indias es una combinación del mehndi propiamente dicho y el chura, otra tradición de las bodas indias. Estas dos ceremonias son más íntimas que el sangeet, y el objetivo de las dos es poner a la novia guapa y preparararla para el gran día.

boda india tatuaje henna
Tatuaje de henna de la novia para su boda. Brutal.

Si os digo que mehndi es lo mismo que henna ya os imaginaréis por donde van los tiros. Pero si os estáis acordando de aquel verano en la playa en que os hicisteis un tatuaje de henna porque vuestros padres no os dejaban haceros uno de verdad olvidadlo, porque esto no tiene nada que ver. Los tatuajes que le hacen a la novia durante el mehndi son los más impresionantes que he visto en mi vida, con diseños complicadísimos en cada dedo de las manos y los pies. Como esta boda era todo sobre compartir tradiciones, a las damas de honor también les hicieron tatuajes pese a que, todo hay que decirlo, quedan mucho mejor en la piel tostada india que en la blanca lechosa canadiense.

La chura es una ceremonia sencilla en la que la familia de la novia se reúne alrededor de un fuego. El hermano de la madre de la novia tiene que ponerle a la novia en los brazos el chura propiamente dicho, que consiste en una crema y brazalates rojos (llamados «bangles»). Después todos los presentes tienen que atar una cadena de oro («Kaliri») en el chura de la novia. Al final, cuando la novia ya tiene bien de oro colgando por todas partes, va tocando la cabeza a las chicas solteras y eso significa que se casarán pronto.

Colgando oros de la novia.
Colgando oros de la novia.

La boda de las tres ceremonias

El sangeet fue el jueves, el mehndi/chura el viernes y así llegamos al sábado, día del bodorrio. Aquí es donde los novios se lo curraron muchísimo para combinar las tradiciones canadiense, persa e india; y la verdad es que el resultado fue fantástico.

La tradición canadiense se vio reflejada en la ropa de los novios (ella de blanco, él de traje a medida), y las damas de honor y padrinos (ellas todas con el mismo vestido, ellos todos con el mismo traje). También en la parte central de la ceremonia: un señor en frente de los novios fue diciendo cosas bonitas sobre el matrimonio y al final se pusieron los anillos y se dieron un buen beso, y la gente aplaudió porque estaban felices o porque sabían que ya tocaba ir a comer y beber. Vamos, lo que viene siendo una boda occidental.

La típica ceremonia de boda occidental preciosa...
La típica ceremonia de boda occidental preciosa…

De las tradiciones indias para la ceremonia, Yasmin y Dan integraron una que tiene un significado muy bonito: miembros de una y otra familia se intercambian collares de flores para darse la bienvenida a una u otra familia, simbolizando la unión de las dos familias.

En la india esta ceremonia se realiza justo después de que el novio llegue montado a caballo (o elefante, si lo hay) seguido de todos sus invitados detrás en plan desfile, y después de que las dos familias se enzarcen en una batalla de baile. Aquí había que simplificar no sólo porque la familia de Dan no es india, sino porque también había que hacer hueco para incluir alguna tradición persa.

El padre del novio y de la novia dándose la bienvenida a sus respectivas familias.
El padre del novio y de la novia dándose la bienvenida a sus respectivas familias.

Y la tradición persa que integraron en la boda fue la ceremonia de los Kalleh Ghand, que también tiene un significado bonito pero un poco más empalagoso. Consiste en moler uno contra otro dos conos de azúcar (los Kalleh Gand propiamente dichos) sobre la feliz pareja, simbolizando la dulzura y la felicidad del matrimonio.

No sé si es tradicional o no, pero durante la ceremonia de los Kalleh Gand uno de los tíos de Yasmin leyó en persa un poema a los novios que remató una escena perfecta. Nunca había oído a nadie hablar en persa y suena a profunda sabiduría milenaria.

La ceremonia de los Kalleh Gand.
La ceremonia de los Kalleh Gand.

Y la fiesta

Terminada la ceremonia pasamos al banquete, donde seguimos mezclando tradiciones. Mientras el menú fue cien por cien indio (y delicioso), amigos y familiares de los novios dieron pequeños discursos. Esto es algo que he visto mucho en las bodas aquí, y no deja de impresionarme lo curradísimos que salen todos los discursos y cómo te llevan de las carcajadas a llorar y a carcajadas otra vez (como en las pelis de Hugh Grant). Aunque lo más canadiense de la fiesta no fueron los discursos, sino un ciervo salvaje que nos encontramos en el jardín del hotel por la noche.

La parte más impresionante de la fiesta fueron otra vez los bailes indios, como en el sangeet. Porque ver a una familia india bailar y pasárselo bien en una boda es eso, impresionante. Además, como muchos obviamente no nos sabíamos bailes indios (o bailar en general, para el caso) la madre de Yasmin quiso asegurarse de que todo salía perfecto y pagó para que un grupo de amigas fueran a clase de bailes indios.

Una de estas bailarinas lo mismo os suena...
Una de estas bailarinas lo mismo os suena…

El resultado final fue una coreografía muy currada que regalaron a los novios al final del banquete, y que sirvió para que nos levantásemos todos de las mesas y nos pusiésemos a bailar. A eso le sumas la barra libre y la alegría general de una buena boda y la verdad es que salió una fiesta para el recuerdo.

No creo que tenga que explicar lo que es una barra libre... pero vamos, aquí tenéis al novio haciendo el gusano (ojo, cuenta la leyenda que la primera vez que Yasmin vio a Dan hacer el gusano supo que era el hombre de su vida)
No creo que tenga que explicar lo que es una barra libre… pero vamos, aquí tenéis al novio haciendo el gusano (ojo, cuenta la leyenda que la primera vez que Yasmin vio a Dan hacer el gusano supo que era el hombre de su vida)

Y hasta aquí llega la historia de esta boda. No es lo mismo leerlo que vivirlo, pero espero que os hagáis una idea de lo impresionante que fue la experiencia. Y la próxima boda a la que estamos invitados también promete, que es una boda china, así que habrá otro post. Cómo mola la multiculturalidad de Toronto.


Gracias a Yasmin y Dan por invitarnos a un día tan importante, por no tener prolemas en que escriba sobre algo tan personal, por dejarme usar las fotos oficiales y por contestar al millón de preguntas que se me han ocurrido sobre las tradiciones indias y persas. Espero que seais muy felices juntos.


Comentarios

Una respuesta a «Una boda india en Canadá»

  1. Avatar de Pah-put-xee

    Leyendo esto dan ganas de casarse por el rito ese, o por lo menos de asistir a un evento así para conocerlo. ¿El resultado son unos cuantos michelines de más o unas agujetas que te impiden tenerte en pie?

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