Este fin de semana hemos celebrado en casa una fiesta de cumpleaños con una temática especial: comida precocinada. Sí, en la misma casa donde hacemos casero desde el pan hasta el pato confitado hemos llenado el congelador de cosas de esas que sabes que te matan lentamente pero que a todo el mundo le gustan. Y como todo lo que cocinamos en esta casa fue un éxito rotundo, oye, pese a que aún no tenemos en la cocina la freidora que nos ha traído Santa Claus (que, por cierto… ¡re-ga-la-zo!).
La gracia estuvo en que no nos conformamos con unas pizzas y unos san jacobos, no. Esto es norteamérica, y aquí se dedican billones de dólares a la investigación y desarrollo de formas más sabrosas y eficientes de colapsarte las arterias. Así que fuimos a por todas, y aquí tenéis el podium de las cosas que comimos. Debería avergonzarme más reconocer que no me importará volver a comerlas algún día…
La pizza para mojar
A lo largo de mi vida he comido pizzas congeladas, pizzas muy de gordos, y pizzas que vienen con una salsita mayonesil para mojar y tapar todo el sabor de la pizza con bien de colesterol.
La «pizza para mojar» junta lo mejor de los tres mundos para crear un aperitivo de lo más conseguido, gracias sobre todo a la textura de la masa que la hace perfecta para mojar. Os digo que para esto han hecho falta más ingenieros que cocineros.
Rollitos primavera rellenos de hamburguesa con queso
¿Por qué rellenar los rollitos primavera de repollo, si puedes meter dentro una hamburguesa con queso? Confieso que al verlos aparecer me temí lo peor, acordándome de la tan infame como innecesaria pizza de hamburguesas, pero los rollitos nos sorprendieron a todos.
El secreto es simple: saben exactamente como te imaginas que tiene que saber un rollito de primavera relleno de hamburguesa con queso. Ni siquiera hace falta mojarlos en una salsa. Alguien dijo que «la única salsa en la que se podrían mojar sería ketchup o mostaza… pero eso sería asqueroso». Teniendo en cuenta el resto de las cosas que nos estábamos cenando no sé cómo es que nadie sacó el ketchup, la verdad.
Bolas de macarrones con queso
Ya os hablé hace años de los macarrones con queso o «kraft dinner», un plato que por sí sólo habría merecido un puesto en esta cena. Es de esas cosas que cuando te las comes te sientes tan a gusto como culpable, y eso que está bastante aceptado socialmente.
Pues bien, esto es una evolución lógica del concepto: empanarlo como si fuese una croqueta. No nos engañemos, todo está mejor empanado y los macarrones con queso no son una excepción. Además estos eran una versión «tex-mex», que consiste en hacerlos un poco picantes y poner una foto de un jalapeño en la caja.
Deja una respuesta