Rob Ford, alcalde de Toronto

La mayor parte de las veces que se habla de Toronto en España es por algo relacionado con los Raptors (mucho menos desde que no está Calderón), para hacer el chiste de qué se ve desde lo alto de la CN Tower (torontontero) o porque se publica algún ranking de esos de mejor ciudad del mundo para vivir. Pero en los últimos días Toronto ha sido noticia en los medios españoles por algo muy distinto y mucho más desagradable: el alcalde Rob Ford y el vídeo en el que sale fumando crack que aún no ha visto casi nadie, pero que todos sabemos que existe.

Rob Ford
Para que os vayáis haciendo una idea del miedo que va a dar esto… (Foto de Mark Blinch/Reuters)

Una de las cosas que menos pena me dio de irme de España fue ahorrarme vivir en un Madrid gobernado por Ana Botella, pero pronto empecé a sospecharme que el karma me tenía guardados cuatro años de sufrimiento político allá donde fuese. Para empezar, aunque Rob Ford es el alcalde de Toronto ni él vive en Toronto como tal ni los toronteños de pura cepa le tienen mucho aprecio. Resulta que hace unos años el municipio de Toronto absorbió varios municipios colindantes, creando lo que en su momento fue el «Metropolitan Toronto» y que en 1998 pasó a ser «Toronto» sin más. Una idea que tiene sus ventajas, pero que a su vez significa que gente que no vive en Toronto vota por el alcalde de la cidad, que como os podéis imaginar trae de cabeza a muchos. Es como si el alcalde de Madrid lo eligiesen los votantes de Móstoles, Fuenlabrada y Getafe: viven cerca, pero las necesidades de cada uno son completamente distintas.

Así es como este alcalde, electo con una mayoría de votos de esos municipios colindantes, se ha dedicado por ejemplo a cambiar los carriles bici que tanto gustan a los toronteños por las plazas de aparcamiento que tanto piden los del extraradio. Y gracias a las necesidades de esos mismos votantes ha podido hacerse fuerte con un programa de reducir al mínimo los impuestos (por ejemplo, conduciendo su propio coche en vez de costándole a la ciudad un chófer), porque la gente que no vive en Toronto no necesita el transporte público ni que se invierta en nada en una ciudad a la que sólo van a trabajar. De nuevo, imagináos que un familia de Móstoles tuviese que elegir si sus impuestos se gastan en arreglar las estaciones de metro de la «zona A» o en aumentar la frecuencia de trenes en la «zona B2».

Vale, eso no deja de ser política y democracia, y aunque a veces no nos favorezca hay que apechugar y convencer a más gente de que vote a otro. El problema es que Rob Ford, más que el alcalde de la ciudad más grande de uno de los países con mayor índice de desarrollo humano, no desentonaría como alcalde de Marbella y digno sucesor del legado político y folclórico de grandes figuras como Jesús Gil y Julián Muñoz. Y no me refiero sólo al sobrepeso, aunque parece parte fundamental de este tipo de gente, sino a esa fórmula de mafiosismo gañán que parece salido del guión de una película de Torrente (sin ánimo de ofender a Santiago Segura, que en lo que se refiere a retratar a esta gente es un genio).

Fútbol en bragas
Aunque no lo parezca, esta foto guarrilla viene a cuento al hablar de Rob Ford….

Por ejemplo, y por poner a Rob en contexto, su sobrina jugaba en la liga de «lingerie football». Ojo, que no se puede culpar a la chica ni al propio Ford de que en Toronto haya suficientes interesados como para tener una liga de «fútbol en bragas», pero sí dice bastante sobre los intereses culturales de la familia. Sobre todo cuando luego va la sobrina y suelta en Twitter, hablando sobre una serie de casos de abusos sexuales en Toronto, que las mujeres «deberían estar alerta y no vestirse como putas» para evitar problemas. Ahí queda el consejo. Si a eso le sumas que Doug Ford, hermano de Rob y actual miembro del Consejo del Ayuntamiento de Toronto (y que huele a candidato para las próximas elecciones), al parecer vendía hachís en sus años mozos creo que ya os hacéis una idea de la familia. Y eso sin hablar del día en que, como entrenador de un equipo de fútbol en apuros, Rob ordenó vaciar dos autobuses del servicio público para llevar a su equipo porque estaba lloviendo. Si todavía no le véis como alcalde de Marbella, aquí hay un buen listado de frases de Rob Ford para quedarse ojiplático, si el hecho de que nadie haya visto a su mujer desde el día de las elecciones en 2010 pero haya habido llamadas a la policía desde su casa no asusta lo suficiente. Eso sí, cada año Rob monta una barbacoa en su casa a la que está invitado todo Toronto, y se enorgullece de responder personalmente a todas las llamadas que reciba, así que a determinados grupos de gente les cae muy bien.

Pero vamos con la historia de la que habéis oído algo en España: el famoso vídeo de Rob Ford fumando crack. Todo empezó en primavera, cuando un par de periódicos dijeron que habían tenido acceso a un video en el que se ve al alcalde fumando crack, pero quien tenía el vídeo parece que estaba más interesado en sacar algo al alcalde que de hacerlo público. Por si era un tema de dinero, Gawker lanzó una campaña de crowdfunding para poner dinero entre todos para comprarlo y hacerlo público, pero aunque recaudaron todo lo que necesitaban (y bastante rápido) la cosa no cuajó porque el contacto y el dueño del vídeo desaparecieron. Ahí es cuando, sin hacer mucho ruido, la policía empezó una investigación del copón sobre el alcalde y en la que por el camino se ha detenido a varias personas relacionadas con Rob y el vídeo. Y hace un par de semanas la policía anunció que habían recuperado un video «coherente con el vídeo del que había hablado la prensa«, y que además hicieron público un informe de 500 paginas sobre la investigación (que te puedes descagar si te apetece). Así, aunque el vídeo sigue sin ser público,  hemos visto bien de fotos como en las que, por ejemplo, se ve a Rob aparcar el coche en una gasolinera con la ventanilla abierta y luego a un señor dejar un sobre dentro del coche mientras Rob está dentro de la tienda.

Y cuando la policía de Toronto investiga al alcalde y le pilla meando en la calle como si estuvieses de botellón en Malasaña.... y no pasa nada.
Y si sospechas que la policía te tiene bajo vigilancia, no te pongas  a mear en la calle como si estuvieses de botellón en Malasaña…

¿Y qué ha hecho Rob durante todos estos meses? Pues al principio negar absolutamente todo, incluída la existencia del vídeo o que sea alcohólico o drogadicto, y quejarse de una campaña contínua del periódico Toronto Star en su contra (que no le tienen mucho aprecio, pero que parece que tampoco se estaban inventando las cosas). Eso sí, entre medias Rob despidió a su jefe de personal porque le dijo que tenía que ser transparente con el tema del video y las adicciones, y luego apareció en un acto público más pedo que Alfredo, aunque más tarde negó que realmente estuviese borracho. A las pocas semanas, no me acuerdo muy bien a cuento de qué, también admitió que en el pasado ha fumado «mucha marihuana».

Cuando la policía anunció que tenía el vídeo, Rob volvió a negar lo de haber fumado, aunque también dijo que no podía comentar nada porque el tema estaba en el juzgado y dijo que «no tenía ningún motivo para dimitir”. Por no perder el tiempo, él y su hermano acusaron al Jefe de la Policía de ser muy político y tener algo en contra del alcalde, a lo que el Jefe de la Policía respondío retirando al alcalde la invitación a su gala anual. Rob también dijo que pedía al Jefe de la Policía que hiciese público el vídeo, mientras su abogado se metía en otro berenjenal al decir que en un video «no se puede saber si está fumando crack, tabaco o marihuana». Rob también aprovechó el programa de radio de su hermano para pedir perdón por lo de ir borracho a actos públicos y por todo el escándalo en general, pero negando todo lo relacionado con el crack.

Alguien se ha currado una infografía con los momentos estelares de Ford en esta historia. Pincha en la imagen para verla entera.
Alguien se ha currado una infografía con los momentos estelares de Ford en esta historia. Pincha en la imagen para verla entera.

Y de repente, un día va Rob y admite ante las cámaras que sí que es verdad el tema del vídeo en el que sale fumando crack, y que si no lo había admitido antes es porque no le habían hecho las preguntas correctas (toma castaña). Eso sí, dijo que fue en uno de sus «drunken stupors» (traducción: «estando de pedo salvaje»), para que os quedéis tranquilos. En la rueda de prensa posterior volvió a pedir disculpas por su comportamiento, dejando claro que los «tax-payers» (literalmente «los que pagan impuestos», una expresión que gusta mucho a los políticos aquí) le han elegido para ser alcalde hasta 2014, y que estará encantado de que en octubre de 2014 la gente vuelva a votar si quieren que siga como alcalde o que se vaya. Es decir, que no solo no va a dimitir sino que aprovechó para empezar a hacer campaña electoral, y me da que o le meten en la cárcel o sigue de alcalde hasta entonces. ¿Véis lo que digo de que pegaría en Marbella?

El caso es que aún no se ha acabado la historia, que daría para una serie de cinco temporadas en HBO. Sin ir más lejos el otro día salió otro vídeo en el que Rob está hasta las cejas y gritando que le tienen que dejar cinco minutos para matar a alguien. Así que no sé muy bien cuál será el próximo capítulo de esta historia, pero ya véis que por lejos que esté hay cosas que me hacen sentir como en casa.

Actualización (por si no había bastante) – 16 Nov.

Pues efectivamente, la historia continúa. Seguramente si Rob dimitiese como cualquier persona con sentido común le dejarían en paz, pero como el tío se ha emperrado en no dimitir y parece que en Canadá no hay forma de quitarle de en medio (no hay moción de censura a nivel municipal) le sigue lloviendo mierda, con perdón por la expresión.

Para empezar, gente del ayuntamiento ha dicho que ha visto a Rob en el trabajo bebiendo, fumando marihuana, conduciendo borracho y de fiesta con prostitutas. Y por si eso fuera poco, una trabajadora le ha acusado de acoso y decir cosas como «quiero comerte el coño». Muy malsonante ¿verdad? Pues Rob lo niega con una frase para los anales de la historia: «Yo nunca diría algo así. Soy un hombre felizmente casado, tengo de sobra para comer en casa«. Os dejo el vídeo de Jon Stewart al respecto.

Otra actualización – 23 Nov.

Si es que os digo que este hombre da para hacer una serie con más temporadas que Los Simpsons. Aunque no haya moción de censura, resulta que lo que sí puede hacer el Ayuntamiento es votar para quitarle al alcalde prácticamente todos sus poderes. Y lo han hecho (como para no…), así que ahora Rob Ford es alcalde porque lo pone en su tarjeta de visita, no porque pueda hacer cosas de alcalde. Lo mejor es que en el pleno en cuestión se montó un pifostio digno de vídeos de primera, con Rob y su hermanísimo encarándose con los toronteños de a pie que habían ido al pleno a abuchearle. Y una cosa llevó a la otra, Rob se calentó y decidió rememorar sus tiempos de jugador de fútbol americano para correr por la sala y arrollar con toda su masa corporal a una concejala. Dentro vídeo.

Lo que no sé es si eso fue antes o después de marcarse esta payasada. En mitad del pleno. El alcalde. El alcalde que fuma crack, va borracho a eventos públicos y se rodea de pilinguis.

Que el ritmo no pare… – 14 Dec.

Pues yo me he tomado unas vacacioncillas del blog, pero eso no significa que Rob Ford se las haya tomado de hacer y decir salvajadas. Lo hago en formato lista, para hacerlo más rápido:


Comentarios

6 respuestas a «Rob Ford, alcalde de Toronto»

  1. Avatar de emigrante feliz
    emigrante feliz

    La diferencia entre nuestros políticos españoles y esta joya canadiense es únicamente su torpeza e ingenuidad. Aquí nuestros mafiosos son mas profesionales, pero igual de mafiosos. No se en que año circulo un informe sobre analisis de restos de cocaína en lavabos públicos. Los del congreso de los diputados estaban a la cabeza.

  2. Menuda joya… ¿A que ahora preferirías tener a la botella cerca? jajaja Yo ya me río, pero es como para hacer una pira y meter dentro a todos los políticos. No se salva ni uno, ¡qué vergüenza!

    El consejo de la sobrina, brillante, a la altura de las reflexiones del tío…

    A ver si me pongo al día con tu blog que te tengo muy abandonado…

    Besos!

  3. Sigo prefiriendo a Mr. Gil que la señora Botella. Al menos a este le han votado… Cada vez me convenzo más de que cuanto más sabes de un político, peor.

  4. No, no tiene un caballo ni hace entrevistas desde la piscina con modelos en bikini… pero es lo único que le falta.

  5. Pues yo creo que no es tan «ostentoreo» como nuetro Jesús Gil.

  6. compactada y bien redactada la historia del Sr. Gil version Toronto. Sin estar de acuerdo con su gestion, el hecho de haber bajado los impuestos en la ciudad (no nos olvidemos que Toronto es una de las ciudades mas caras del planeta) unido a la innata capacidad de los Canadienses del «forgiveness» hace que, a pesar de la historia barriobajera que esta protagonizando, siga teniendo el apoyo segun encuestas del mas del 60% de la poblacion del GTA.

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