Béisbol: si parpadeas te lo pierdes

Hace muchos años mi cacho-carne y yo fuimos a nuestro primer partido de béisbol. Estábamos de vacaciones en casa de la Atomic Aunt en Vermont, era verano y teníamos entradas gratis para ir a ver al equipo local, así que el plan estaba hecho. Deberíamos haber empezado a sospechar cuando la gente se enteraba de que era nuestro primer partido y decía cosas como «oh, no puedes ir y no probar los perritos calientes», «ya verás que bien te lo pasas con las cervezas y los amigos», «son los mejores perritos que vas a encontrar» y otras recomendaciones que nada tenían que ver con el deporte en cuestión.

Aquella vez el partido fue malo. Y no lo digo yo, que estadísticamente fue el peor partido en la historia de los Vermont Lake Monsters, o un récord similar. Así que si ya de por sí el béisbol tiene fama de ser un truño importante, mi experiencia personal era que la fama estaba bien ganada. Aun así, la primera vez que nos han ofrecido ir a ver un partido de los Blue Jays, el equipo de Toronto, hemos ido. Y mi imagen del béisbol ha cambiado, pero sigue siendo un truño importante.

blue jays stadium toronto
42.000 personas y un calcetín viendo a los Blue Jays.

Para empezar, el béisbol es el único deporte que conozco en el que la mayor parte del público está fuera del estadio cuando empieza y cuando acaba el partido. No les culpo, teniendo en cuenta que un partidito corto dura unas dos horas y media y que las posibilidades de que pase algo interesante al principio o al final son casi nulas, más que nada porque ya es raro que pase algo interesante en todo el resto del partido. Además, en caso de que te pierdas algo es básicamente un tío dándole a una pelota con un palo, porque a diferencia de otros deportes aquí no parece que haya mucha estrategia o sitio para hacer una jugada espectacular.

Así que en cualquier momento te puedes levantar e ir al baño, al bar o a darte una vuelta por el estadio, que además hay teles por todas partes para que si parpedeas no te pierdas nada. Y yo creo que además es bueno para la salud, porque si te pilla un día de sol como el nuestro no es raro que den los siete males si te quedas sentadito en tu sitio todo el partido. De hecho creo que deberían vender las entradas como en los toros, cobrando más por las de sombra.

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Pruebas de que es un tostón: te venden un programa para que tengas algo que leer; el bar lleno en mitad del partido (y no me refiero al descanso).

Y ojo, que el partido no fue malo en absoluto. Los Blue Jays sumaron su undécima victoria consecutiva, igualando el récord histórico del equipo. Vimos homeruns, jugadores tirándose en plancha para ganar una base y todo lo que viene considerándose emocionante en este deporte. Aún así, es más largo que un día sin pan, y eso que nosotros tuvimos suerte y como los Blue Jays están a tope el partido sólo duró las nueve entradas reglamentarias.

¿Y por qué a la gente le gusta ir al béisbol? Pues porque es una forma como otra cualquiera de echar la tarde con los amigos, pero de esas formas que además valen como excusa para cogerse una buena moña. Es como ir de picnic pero con el partido de béisbol de fondo. Y no hay problema en meter tu propia comida y botellas de agua, aunque no te dejan pasar nada de alcohol. ¿Ley seca? En absoluto, más bien protección del negocio, que en el bar del estadio puedes pedir cerveza, cubatas, gin-tonics y whiskazos. Lo que sea para ayudarte a llegar al final del partido, y a un precio bastante razonable para lo que seve en este lado del océano.

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El predrinking sí que es entretenido…

Y sí, aquí también se hace el previo (pre-drinking que lo llaman, para ser sutiles), pero si el partido es a media mañana de un domingo es difícil cogerse un cebollón que te dure hasta el final del partido. Nosotros aprovechamos para visitar nuestra querida Steam Whistle, una de las cervezas toronteñas que más nos gusta y que tiene el bar/sede/destilería al lado de donde juegan el equipo de béisbol, el de hockey y el de baloncesto, y debajo de la CN Tower. No son listos ni nada.


Comentarios

4 respuestas a «Béisbol: si parpadeas te lo pierdes»

  1. No sabía que fuera tan aburrido, jajaja. Yo de pequeña jugaba en mi barrio con una pelota de tenis, era súper divertido.

  2. Yo estuve en Los Angeles viendo un partido por decir que había ido. Y ya está. Lo único que recuerdo es que fui… Y además no bebí. Menos mal que fueron 20 dólares.

  3. Avatar de Pah-put-xee
    Pah-put-xee

    ¡El beisbol resulta aburrido hasta en las entradas de tu blog!

  4. Eso aquí nos lo ocultan cuidadosamente, pues en los pocos canales que dan béisbol, lo dan editado: fuera tiempos muertos, trifulcas, calentamientos (de todo tipo) y si el partido se alarga, se suprimen unas entradas en las que «no ha pasado nada». Claro que los pitchers se deben coger un cabreo considerable, pues cuando «no pasa nada» suele ser que ellos están sembrados… Pero cuidado. las Grandes Ligas tienen algún interés, las otras uff!!! Se me ocurrió ver un partido de España en el Mundial de Baseball (es a posta el cambio) y no había quien lo soportara. me recordó una vez que jugamos en el colegio y no conseguimos pasar de la primera entrada, pues resutó muy fácil batear o conseguir bases por bolas. Strikes: 0.
    Y aún así, hay momentos sublimes, pero lo dejamos para otro día.

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