Las ruinas mayas de Copán

Cuando planeamos nuestro viaje a Honduras teníamos claro lo que queríamos: playa y relax. Pero como somos mentes inquietas pensamos que siete días seguidos sin hacer ni el huevo se nos podían hacer un poco largos (no sabíamos lo extenuante que iba a resultar el curso de buceo), así que buscamos hacer un algo más cultural y de viajero mochilero. Por eso antes de ir a Roatán nos pasamos dos noches en Copán Ruinas, un pueblo grande (o ciudad pequeña, 30.000 habitantes según Wikipedia) que tiene mucho que ofrecer: las aguas termales de Luna Jaguar, el Parque de aves Macaw Mountain y las ruinas mayas que le dan nombre, por poner algún ejemplo.

plaza principal copán
Una foto que ya le gustaría tener a Indiana Jones.

Nuestro problema es que íbamos a estar allí sólo dos noches, lo que se queda en un sólo día para hacer cosas. Según nuestros amiguetes de New World Trips podíamos haber hecho almenos dos de las tres actividades, pero ahí nos volvió a entrar la vagancia y decidimos visitar sólo las ruinas. Las aguas termales eran un viaje muy largo (una hora en autobús por camino de tierra) y el parque de aves… pues como que no nos pareció la cosa más interesante del mundo. Además, la novia de mi cacho-carne ya había decidido que estando en Copán no podíamos dejar pasar la oportunidad de ir a un restaurante conocido que hay allí, así que el día quedó planeado en ruinas mayas, un ratito de descanso y luego cena de lujo hondureño.

Pero me estoy saltando historietas. Llegamos a Copán directamente desde Toronto tras seis horas de aviones, tres de autobuses y unas cinco perdidas en aeropuertos o estaciones de autobús. Cuando llegamos no pudimos rechazar la oferta de coger un moto-taxi que nos ofrecía llevarnos desde la estación hasta nuestro hotel por 40 lempiras. Eso son dos dólares por todo el trayecto, empezando en una estación y cargando maletas. En Madrid y en Toronto simplemente la bajada de bandera es más del doble, así que nos montamos y disfrutamos de nuestra primera experiencia con el moto-taxi, que aunque parezcan poca cosa son capaces de subir todas las cuestas del pueblo cargados de gente, y eso que son muy buenas cuestas de adoquín (con suerte, que si no son caminos de tierra). Para mayor esfuerzo del moto-taxi, nos quedábamos en el hotel Calle Real, que es algo más barato que otros porque está en lo alto de una de las cuestas.

moto-taxi
El moto-taxi, una aventura en sí misma.

El hotel en cuestión nos pareció perfecto, sobre todo porque en total nos salió a 47$ dos noches (ojo, luego leímos que en Honduras es costumbre dejar propina al servicio… así que podemos redondear a unos 25$ la noche). Como decía está en lo alto de una cuesta, pero sigue estando a menos de cinco minutos andando de la Plaza Principal y si quieres puedes ir andando hasta las ruinas mismas sin ningún problema. El único inconveniente que nos encontramos es que en Honduras los gallos no cantan por la mañana sino durante toda la noche, y además parece que se retan unos a otros: estás un rato sin oír nada y de repente parece la reunión de vecinos sobre la derrama para arreglar el ascensor (aunque resulta bastante más agradable al oído). Tras dormir los ratos que nos dejaron los gallos nos fuimos a por un «desayuno completo» para coger fuerzas para todo el día (literalmente), y luego nos fuimos andando hasta las ruinas.

Pero vamos con lo importante: las ruinas mayas. Ya os imaginaréis que es una de esas cosas que al final voy a decir que hay que ir a verlo porque describirlo no es suficiente, pero voy a hacerlo lo mejor que pueda. Empezando por cómo llegar, que es fácil. Salvo que tu hotel esté muy mal puesto, puedes ir andando hasta las ruinas, que sólo es un kilometrillo y hay un camino ya hecho; pero si quieres también puedes coger el moto-taxi, que debe de costar un dólar o así, y ayudas a la economía local.

Una vez en las ruinas, lo primero que vas a ver es la caseta de los guías por si quieres quete lo vayan explicando todo. Son 25$ así que si vas en un grupo grande seguro que merece la pena, pero nosotros acabamos decidiendo ir por nuestra cuenta y tirar de la guía de viajes que sacamos de la biblioteca para el libro electrónico (a modernos no nos gana nadie). Lo que también vimos es una cantidad ingente de guías no oficiales, que en cuanto a conocimientos no tienen por qué ser mejores ni peores que los oficiales pero no dan tanta confianza, y sobre todo son mucho más cansinos. Y aunque se vistan para imitar a los guías se les ve el plumero, porque cuando les dices que ya has preguntado en la caseta te contestan con un “¿y qué precio os han dicho en la caseta?”. Lo bueno es que seguro que les puedes regatear.

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El caso es que nosotros nos metimos por nuestra cuenta, y la verdad es que nos salió bastante bien. La novia de mi cacho-carne sí tiene la fuerza de voluntad para irse parando y leer en voz alta lo que dice la guía sobre cada cosa, y salvo porque no le puedes preguntar nada el libro parece bastante apañado. Así que al final aprendimos sobre la historia de los mayas en la región, su forma de vida y sus creencias; y disfrutamos de la visita como enanos porque Copán es menos conocido que otros complejos de ruinas así que todavía te dejan subirte a prácticamente todo. De lo más interesante es su juego de pelota, en el que en cada partido se decidía mucho más que la clasificación para la Champions: era una batalla entre la luz y el inframundo, y al equipo que perdía lo sacrificaban. Sí, por perder un sólo partido. Como en el Bernabéu.

En las fotos he intentado resumir la visita lo mejor posible, aunque no sale la iguana que vimos correteando por ahí y que para mí fue un puntazo. Nosotros visitamos toda la parte exterior y el museo (que merece la pena), y no entramos a los túneles porque según la guía no merecen lo que cuestan. Preferimos ahorrar para gastárnoslo todo en el sitio de licuados en el pueblo, que es para mi una de las mejores cosas de todo el viaje. Que no son más que zumos de frutas, pero cuando estamos hablando de zumo de mango, piña o papaya mezclado con zumo de naranja, un poquito de azúcar y bien de hielo, la cosa cambia. Es lo que tienen las frutas cuando son frescas y las dejas madurar en el árbol. No entiendo que en Honduras se venda una Coca-Cola o incluso una cerveza, porque yo podría estar bebiendo licuados todo el día, que además de estar mucho más buenos y ser más sanos salen más baratos.

Para terminar nuestro día cultural dedicamos la cena a la gastronomía hondureña. La Hacienda San Lucas es un restaurante de alto nivel que está en lo alto de una colina en frente del pueblo, desde donde se ve un atardecer precioso e incluso parte de las ruinas mayas. Además, es uno de los pocos restaurantes del país que apuesta por la comida hondureña, cuando lo normal en los sitios de su nivel es dedicarse a la cocina francesa u otras culturas que los turistas americanos con bien de dinero estén más acostumbrados a comer. Los tres platos que comimos eran relativamente simples pero deliciosos (increíble la sopa de maíz), y decir que el servicio fue impecable es quedarse corto. Y al final con vino, postre, moto-taxi y propina la noche salió por unos 50$ por persona. Como veis Copán es muy barato, porque pese a todo el turismo de las ruinas es una de las regiones más pobres del país, que ya de por sí es de los más pobres de Centroamérica.

loros en copán
Los guardianes de las ruinas mayas de Copán.

En resumen, nuestra experiencia en Copán fue perfecta. Y si cuando llegamos pensábamos que el parque de aves tenía poco atractivo, después de ver los loros que viven en las ruinas y las plumas con las que hacen pendientes los artesanos del lugar estoy seguro de que tiene que ser una experiencia genial. Así que si vais a Honduras, yo pondría Copán en la lista de imprescindibles para disfrutarlo dos o tres días.


Comentarios

5 respuestas a «Las ruinas mayas de Copán»

  1. Avatar de ANYELY FIALLOS
    ANYELY FIALLOS

    los invito a visitar este lugar maravilloso lleno de historia les aseguro que no se arrepentirán de su estadia y querran regresar

  2. @pah-put-xee: la culpa de todo la tiene el feisbuk, ahí sí que comenta todo el mundo….

    @Nicolás: Eso es que no has leído IT de Stephen King. El final es una castaña, pero es lo que me vino a mí a la cabeza xD.

    @Narayani: tampoco estaba en nuestros planes, pero de repente salió la oportunidad y estamos bien contentos de haberla aprovechado 🙂

  3. Honduras no está en mis planes porque no puedo ir a todos los sitios que me gustaría, pero pinta genial.

    Lo del juego de pelota ese, creo que yo no querría jugar. No fuera que se me diese mal el día…

    Parece que hoy sí me ha dejado comentar sin problemas. Igual ya se ha solucionado 🙂

  4. Avatar de Nicolás Giménez Doblas
    Nicolás Giménez Doblas

    Fantástico. Por mis singulares rarezas, una de las cosas que más me ha llamado la atención es la tortuga que sostiene el mundo, porque me recuerda al personaje mitológico de Atlas.

    Pero por no seguir mintiendo, admito que los zumos también han avivado mi curiosidad.

  5. Avatar de PAH-PUT-XEE
    PAH-PUT-XEE

    Está claro: la falta de comentarios indica que no nos dais nada de envidia (bueno, o que estamos tan rabiosos que no pensamos hacer el más mínimo comentario).

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