En casa de la familia materna de mi cacho-carne el día de Reyes es una de las tradiciones intocables. Nunca jamás se ha dado un regalo antes del día 6 de enero, cuando toda la familia se junta para dar cuenta de entre cinco y nueve roscones recolectados de los sitios más exquisitos de la comunidad de Madrid. Para rematar la gochez, el roscón se moja en chocolate bien espeso hecho en casa, y en los últimos años uno de los tíos de mi cacho-carne ha estado trabajando en un roscón casero que cada vez sale mejor.
El problema es que en la Canadá anglosajona la Navidad se acaba con las campanadas, lo que significa que para comerse un roscón de Reyes hay que irse a por él a Quebec (donde la cultura francesa ha mantenido el gâteau des rois, que es el mismo concepto) o hacérselo en casa. El invierno que estuvimos en Ottawa cruzamos a Gatineau a por un roscón quebecois, pero si miráis un mapa os daréis cuenta que para ir y traerse uno a Toronto hay que meterse un viaje de 15 horas, así que nuestra mejor opción es hacerlo en casa.
El año pasado la novia de mi cacho-carne se había currado un roscón casero estupendo como regalo de Reyes y de bienvenida a nuestra vida en Canadá (llegamos el día 5 de enero), así que este año hemos repetido trabajando en equipo. Como la receta familiar estaba completamente fuera de nuestro alcance porque teníamos que salir de casa (hay que pasarse un día entero atendiendo el roscón cada dos horas) buscamos en internet algo más apañado, y acabamos basándonos en la receta de un programa de las mañanas de TVE. ¡Para que luego digáis que la tele pública y vuestros impuestos no siven para nada!
Como digo el resultado ha sido muy bueno: un roscón de miga compacta, sabor afrutado y retrogusto intenso. Perfecto para mojar en el chocolate denso y fuerte que nos había traído Père Noël en Navidad (chocolate de verdad, no uno de esos Cola-Caos que te sirven aquí cuando pides un chocolate).
Os pongo la receta tal y como la hemos hecho nosotros y debajo el vídeo de la propia TVE, por si sois un poco pardos y no entendéis mis exquisitas explicaciones y fotos.
Ingredientes:
- 500g de harina
- 100g de mantequilla
- 100g de azúcar
- 2 huevos
- Ralladura mandarina (a ojo)
- Chorrito generoso de ron
- 1 cucharada de extracto de vainilla (no teníamos agua de azahar)
- 200ml de leche
- 8g de levadura «active dry»
- Para decorar: un huevo batido para pintar el roscón, fruta escarchada y almendras. También se puede poner azúcar.
Con las manos en la masa:
- En un bol grande poner la harina y hacer un volcán (dejar el centro vacío para poner ahí los ingredientes líquidos).
- Poner en el centro del bolcán la mantequilla derretida, los dos huevos batidos, la ralladura de naranja, el ron, la vainilla, la levadura y la leche.
- Ir mezclando poco a poco todo junto, integrando la harina a poquitos, hasta conseguir una masa elástica y húmeda. Cuando esté, se deja en el mismo bol tapado con un plástico hasta que doble el volumen (según la temperatura ambiente tardará más o menos, pero se le puede calcular dos horitas más o menos).
- Cuando haya crecido, ponerlo en la bandeja que lo vamos a cocer (con un papel encerado o similar para que no se pegue) y darle la forma de roscón haciendo un agujero en el centro de la bola y estirándolo. Es recomendable hacer el agujero bien grande, que luego la masa va a crecer bastante (haciendo el agujero más pequeño).
- Pintar el roscón con el huevo batido (esto le va a dar color al cocer) y decorar con la fruta escarchada y las almendras.
- Taparlo con un trapo húmedo y dejarlo reposar hasta que duplique su tamaño otra vez.
- Cocer en el horno a 170ºC durante unos 20 minutos. Otra vez, cada uno debería conocer su horno y estar atento porque esto no es exacto.
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