Aunque mucha gente lo evite, de vez en cuando está bien echarle una ojeada al ABC. Su interés por animales prehistóricos y de terror como Fraga les llevó ayer a publicar la escalofriante a la par que interesante noticia un descubrimiento científico de gran embergadura: Hallan la madriguera de un descomunal «kraken» prehistórico. Un bicharraco con forma de calamar o pulpo de dimensiones bíblicas capaz no sólo de «merendarse», literalmente, a los mayores depredadores de la época (en palabras textuales del ABC), sino también de decorarse la casa con su propio autorretrato hecho a base de los detritus de la merienda.
El artículo, además, te pone sobre la pista de la perversión inherente a los pulpos, unos bichos que colocan de forma especial los huesos de las presas que se cenan y que pese a su aspecto blandengue y soseras son capaces de comerse a un tiburón si el cuidador del acuario se descuida. Y no es coña, que ya ha pasado.
Así que vosotros no sé, pero a partir de ahora yo voy a asegurarme de que mi bocata de calamares está bien frito antes de hincarle el diente.
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