La catarsis de John Rambo

–>Después de ver nada menos que tres películas de Rambo a lo largo de mi vida, pensaba que este filón cinematográfico estaba ya más que agotado. Sobre todo si contamos con el apunte de la Wikipedia sobre Rambo III, que nos dice que:

Según el Libro Guinness de los Récords (1990) es la película más violenta rodada, con 221 actos violentos y 108 muertes.

Pero la vida te da sorpresas, y a mí me dio una muy grande el día que, para hacer tiempo antes de salir, me fui a casa de un gran amigo a tomar una cerveza y pasar el rato. Mientras hacíamos zapping por todos los canales que ofrece Canal Satélite Digital, que son un huevo y medio, tuvimos la grandísima suerte de encontrarnos con que estaba empezando un peliculón del calibre de John Rambo, que para los matemáticos es sencillamente Rambo IV. Y era lo mejor que echaban.

La verdad es que la peli empieza flojita. Vemos un Rambo viejuno, gordo y con la cara inflada por el bótox en vez de por las hostias (aunque con un brazos que ya quisiera Rafa Nadal), que vive cuasi ermitaño en la frontera entre Birmania (o Mianmar, según el año en que estudiases geografía) y Tailandia y que trata de llevarse bien con todo el mundo. Ni siquiera vive como asesino a sueldo, guardaespaldas o puerta de discoteca, sino que se gana la vida pescando, eso sí, con arco y flechas. Es tan buenazo que llegan unos misioneros de la Iglesia de Cristo de Colorado pidiéndole ayuda y entonces un duro debate con los misioneros sobre las posibilidades reales de alcanzar sus objetivos, dará paso a una catarsis en el excombatiente que le convencerá de prestarles ayuda (Wikipedia). ¡Una catarsis de John Rambo! ¡Y yo pensaba que el filón estaba agotado!

Este principio lleva a pensar que Stallone había recuperado el espíritu de Acorralado (Rambo I), y estaba volviendo a pintarnos un personaje complejo, de una riqueza interior trabajadísima, marcado por el estigma del horror de la guerra. Pero esa sensación se pasa en la primera situación de tensión, con unos militares apuntando a los misioneros mientras John intenta convencerlos de que no pasa nada… y como no lo consigue se los cepilla a todos en tres segundos.

Como John ha cambiado, en vez de seguir con los misioneros y meterse en una guerra en la que no le llaman se vuelve a su choza a tumbarse en su hamaca y seguir viviendo del pescado, no sin antes parar a prenderle fuego con un bidón de gasolina a la barca de los militares que se ha cargado. Y todo es tranquilidad hasta que vienen a buscar a John porque los misioneros han desaparecido y él, tras sopesarlo y forjar su propio machete, se decide a unirse al grupo de mercenarios que van a ir al rescate.

Al principio los mercenarios se ríen un poco de él, por eso de que está viejuno. Pero pronto presencian una cruenta escena. Grupos de la guerrilla juegan con prisioneros haciéndolos correr por los campos en los que han arrojado minas. El grupo no quiere mezclarse en aquello y decide alejarse. Pero antes de tener tiempo de moverse aparece Rambo que en un momento mata a los guerrilleros con las precisas flechas que dispara con su arco. El grupo queda impresionado ante la actuación de Rambo y éste, les deja bien claro que no van a ir sin él (Wikipedia).

A partir de este momento la película es un desfile de escenas gore que van desde una amputación básica hasta el más horrible de los destripamientos, pasando por cualquier cosa que se le puede hacer a un cuerpo humano de forma que cruja y salpique. Como ejemplifica la Wikipedia, en un momento Rambo le entierra los dedos en el cuello y con sus uñas tira hasta destrozárselo, matándolo prácticamente al instante a un tío que quería violentar (así viene) a la chica de la película.

El único momento en que la película de verdad baja de calidad es cuando Rambo hace estallar una especie de bomba atómica en mitad de la jungla. Y no pierde por el guión o por la actuación, sino porque los efectos especiales no están a la altura del drama que se está viviendo. Al verlo, supuse que alguien había calculado mal y se habían gastado demasiado en sangre de mentirijillas o, qué demonios, en guionistas.

Pero no, no se habían gastado demasiado ni en sangre ni en guionistas, porque aún quedaba la escena final. Esa escena que no te esperas porque ya ha muerto el equivalente a toda la población de Birmania, pero es que aún quedan unos cuantos militares cabrones, liderados por el más cabrón de todos que es el jefe y que, además de cabrón, es mariquita. Esa escena en la que todo parece perdido cuando Rambo aparece de la nada y decapita a uno de los guerrilleros con su machete para acto seguido hacerse con los controles de la ametralladora e iniciar un baño de sangre y salvar la situación (Wikipedia).

Pero lo mejor de todo es que después de este peliculón vimos Hot Shots 2. Sí, esa que es una parodia de Rambo. Qué gran noche.


Comentarios

2 respuestas a «La catarsis de John Rambo»

  1. Avatar de eduardoritos

    Estoy seguro de que es mucho mejor tu crónica que la peli.

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