Montañas de papeleo

Si hay algo que durante los dos últimos meses ha destrozado mi vida provocándome stress, insomnio y ganas de lloriquear como una nena ha sido el papeleo. Desde el día en que por fin encontramos un piso hasta el momento de entregar el último papel firmado y sellado por la curia vaticana al pleno, cada semana y casi cada día hemos ido descubriendo nuevos formularios que cumplimentar y firmar hasta el punto de que la novia de mi cacho-carne ha decidido acortar su firma porque se le cansaba la mano. No es un chascarrillo, que lo ha hecho.

El resultado de estos duros meses de ir de oficinilla en oficinilla, de fotocopiar suficiente papel como para poder culparme a mí *personalmente* calcetinalmente de la deforestación del Amazonas, de correr de un lado para otro recopilando firmas, datos, papeles y sellos, es esta guía para alquilar un piso en Madrid y no morir de un infarto. O sí, pero ya en tu piso con todo arreglado.

Ronaldao, vete talando que hay otro en Madrid que quiere alquilar un piso.
Ronaldao, vete talando que hay otro en Madrid que quiere alquilar un piso.

1- El contrato de alquiler: La Agencia Municipal de Alquiler.

A la hora de hacer el contrato, nosotros lo hicimos a través de la Agencia Municipal de Alquiler del Ayuntamiento de Madrid, que es una forma de asegurarse unas condiciones mínimas, un precio más o menos justo y tener a alguien a quien recurrir si el casero (o el inquilino, ojo) da por saco.

Pues bien, para que la Agencia de el visto bueno al contrato el inquilino tiene que someterse a un examen financiero de lo más detallado: contrato de trabajo, nóminas, vida laboral y todas esas cosas. El problema está en el supuesto práctico e hipotético de que uno de los inquilinos no sea español y no tenga contrato de trabajo sino una beca con el Ministerio que aún no ha cobrado (luego no hay nóminas). Ojo, si a ti también te pasa vete fotocopiando todas las cartas del Ministerio y los papeles de haber solicitado el NIE, que tiene solución, pero después de revisar todos esos papeles puede que la Agencia decida que no eres de fiar y que te hace falta un aval, y entonces hay que presentar también fotocopias de la declaración de impuestos del avalista. Una vez entregas todo esto, la Agencia tarda como un mes en volver a dar señales de vida, y la verdad es que lo comprendo si de verdad se leen todos esos papeles (y ya si se ponen a comprobarlos, flipa).

¿Me deja firmar mi contrato ya, señor de la Agencia Municipal de Alquiler?
¿Me deja firmar mi contrato ya, señor de la Agencia Municipal de Alquiler?

Pero eso no es todo. Una vez la Agencia da el visto bueno hay que ir a firmar, y diga lo que diga el diccionario no es coger un boli y plantar tu nombre en un papel. Probablemente primero tengas que corregir pequeños detalles del contrato como que pongan tu nombre y tu DNI y no el de alguien a quien no conoces, o que corrijan las fechas que aparecen. Luego puede que se haga todo más largo y pesado si resulta que el tío de la Agencia es un cerril que se niega a añadir una coletilla a una cláusula… como sé que hay gente que defiende al chaval, me basta con decir que el “departamento jurídico que revisa todo para asegurarse de que es correcto y yo no puedo añadir nada a esa cláusula” se deja fallos del tipo de confundir “arrendatario” con “arrendador”… otro pequeño detalle.

El remate a todo esto es que nadie te había dicho antes que eres tú el que tiene que pagar un impuesto, para lo que tienes que ir al estanco y comprar un papel que, además, tienes que rellenar y firmar con el casero. Y el re-remate es cuando te gastas 30 euros en ese papel, llamas al casero para saber cómo rellenarlo y te dice que hasta la fecha nadie se ha molestado en cumplir ese trámite. La cara de imbécil que se te queda es fina.

A nosotros todo este papeleo nos ha llevado mes y medio y muchos cabreos. Sí, se podía haber tardado menos, pero estábamos ocupados con otras cosas, como por ejemplo…

2- Facturas, recibos, domiciliaciones y amenazas.

Resulta que aparte de todo el tema del contrato, cuando te mudas a una casa tienes que hablar con las compañías correspondientes para que domicilien los recibos a tu cuenta. Es una cosa lógica, normal y cómoda, y no es de eso de lo que me quejo. Me quejo de que cuando llamamos al Canal de Isabel II nos dijeron que había una factura sin pagar y que como ya está fuera de plazo, lo mismo cortaban el agua aunque lo domiciliásemos en ese mismo momento. Era el momento adecuado para hablar con el casero, y hay que reconocer que si bien este marrón era suyo y no merece ninguna alabanza se hizo cargo del asunto y lo arregló rápidamente.

Pero eso no era todo lo que nos esperaba, porque a las dos semanas tuve que volver a llamar al casero y explicarle que me había llegado otra carta, esta vez de Iberdrola, porque a ellos también se les debía una factura. Tras explicarle que era bastante desagradable recibir cartas amenazantes cada dos por tres conseguimos encontrar la forma de solucionarlo, y también le dije que esperaba no encontrarme al volver a casa a un sicario rompe-piernas o algo así.

El día menos pensado uno de estos se autoinvita a cenar en casa…
El día menos pensado uno de estos se autoinvita a cenar en casa…

Pero si hay un trámite imprescindible no es la luz, el agua ni que funcione la cisterna del váter. Es tener Internet. Y si hay en este mundo una cosa desesperante es la situación de Internet en España. No es sólo que sea lento y caro comparado con superpotencias tecnológicas como, pongamos un país puntero, Lituania; es que somos lentos incluso para ponerlo en una casa. No le veo ningún sentido a que desde el momento en que llamas a una compañía para ofrecerles tu hígado a cambio de una línea de teléfono con su ADSL pasen más de 48 horas hasta que el técnico sale de tu casa tras instalarte la línea, y que luego tenga que llegar el router por mensajero varios días después.

Y ojo, lo más impresentable es que para no mojarse el culo las compañías se ponen un plazo máximo, desde el momento que lo contratas hasta el día que puedas estar navegando, de un mes. ¡UN MES! ¿En que siglo se creen que vivimos? ¿No se dan cuenta de cuanto porno información se acumula en la Red durante todo un mes? ¿Por qué una persona puede tener un móvil con pantalla táctil que graba vídeos, sirve de MP3 y lanza Ondas Vitales -sí, pequeños, es una aplicación del Iphone- en la media hora que tarda en comprarlo y no puede tener Internet en casa?

Pero bueno, una vez has hecho todo esto ya puedes vivir feliz en tu casa… a no ser que quieras solicitar la Renta Básica de Emancipación. Pero eso merece un artículo aparte.


Comentarios

2 respuestas a «Montañas de papeleo»

  1. Ultimamente te encuentro bastante quejica: el papeleo, la lavadora, las zonas de fumadores, los caseros… ¡sería preferible que en lugar de ver a tu padre calvo comentases que no tiene un pelo de tonto! Mas que nada por si te preocupan las entradas en tu cuero cabelludo.

  2. Vaya odisea en la que os habéis metido… a ver si se calman las cosas y podéis vivir un poco más tranquilos y disfrutar del piso.

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