<– Visita los museos de Amsterdam en el Vol.1

Mis museos en La Haya

Escher in het Palais: El museo ESENCIAL si pones un pie en La Haya. Tiene la mayor colección de obras de Escher (y sólo de Escher), y, al contrario que con Van Gogh, eso incluye las más famosas. La última planta tiene algún que otro juego para que te entretengas intentando ser capaz de tener el dominio de la perspectiva que tenía Escher. Digo intentado porque es imposible, salvo que seas un genio como él. Como dato gracioso, viendo las fotos te quedas con la imagen de que Escher se parecía un huevo a Don Quijote. El museo está dentro de uno de los antiguos palacios de la familia real holandesa, y hay que destacar las lámparas frikis que hay en todas las salas. Además, el museo lo llevan/cuidan un grupo de jubiladas la mar de salás, que ya casi me trataban como a un nieto por todas las veces que estuve. Y eso que no está incluido en la tarjeta de los museos y cada vez que iba me clavaban 7’50. También mola un carajo la tienda, llena de cosas con dibujos de Escher. Todo mola con un dibujo de Escher.

Escher (Don Quijote) y sus obras más guachis. Y un par de lámparas del museo.
Escher (Don Quijote) y sus obras más guachis.

Museum voor Communicatie: Es el museo de la comunicación. Se supone que te cuenta la historia de las formas de comunicarse, aunque eso sólo pasa en la primera planta y habla únicamente del correo postal. Luego tiene otra planta más modernilla, dedicada a la publicidad y el arte crítico-gafapasta. A partir de ahí el museo se convierte en un centro de juegos para niños pequeños, en el que incluso sin saber holandés te lo pasas de vicio. Eso sí, tienes que ir sin vergüenza alguna a ser el único mayor de 13 años que se lo está pasando pipa pulsando todos los botones. Si tienes mucho tiempo libre y entras gratis (con la tarjeta o los domingos) pasas un buen rato, pero si te hacen pagar los 7’50 no merece en absoluto la pena.

Museum Gevangenpoort: Museo de la Tortura. Simplemente por el edificio en el que está situado, merecería la pena entrar. Más cuando sale gratis con la tarjeta de descuento y si no sólo cuesta 3’60. No hace falta saber holandés, pero ayuda. Yo fui con un amiguete, nos recomendaron (buena recomendación) comprar por un eurillo el folleto con las explicaciones en español y gracias a eso nos enteramos de qué iba pasando. Aparte de que el edificio mola y la historieta que te cuentan mola, nosotros lo pasamos muy bien dado que en nuestro grupo estábamos nosotros y luego una excursión de mujeres holandesas de más de 60 años. El guía nos preguntó si queríamos la traducción al inglés de lo que contaba (las señoras se reían mucho, y eso que por lo que sabemos se estaba hablando de torturar, descuartizar y asesinar, todo ello injustamente para más inri), pero no quisimos incordiar demasiado y con el librillo teníamos más que suficiente.

Museo del Jamón: Les hace mucha falta, por Dios, que alguien les ponga uno.

Museo de Historia: Pues la verdad es que yo me lo esperaba más entretenido. Al parecer la historia para los holandeses empieza cuando los españoles empezamos a matarles a saco, y esa es una constante. El museo es bastante soso y encima tiene una sala de video super gafapasta en la que te ponen documentales históricos con un solo audio y dos pantallas. Eso sí, si eres español te lo pasas bastante bien viendo la absoluta tirria que nos tienen desde hace siglos, que si bien ya no acaba en espadazos sí en malos tratos en los bares.

Es una obra maestra... perfecta.
Es una obra maestra… perfecta.

Mauritshuis: La casa de Maurits (literalmente). Yo sigo sin saber quién es Maurits y paso mucho de googlearle. El caso es que éste es el museo más importante de La Haya. Está situado junto al Parlamento, en un palacete bien majo con salida al estanque de patos y demás. Se ve que Maurits tenía bastante pasta. El museo está dedicado a la pintura holandesa y sus grandes autores, lo que nos lleva al Renacimiento y su pintura perfecta aunque, para mi gusto, un tanto aburridilla. Por eso no me duele haberme perdido el Rijskmuseum y La Casa de Rembrandt, porque sé que aunque me flipe con la perfección técnica de la pintura lo que es la temática me transmite tanto como el marco del cuadro. En cualquier caso, en el Mauritshuis hay gran cantidad de obras requetefamosas, no digamos ya si encima te interesa el tema o si has estudiado arte. Entre los mejores y más famosos cuadros: La clase de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp, de Rembrandt, un cuadro perfecto; El Toro, de Paulus Potter, que es perfecto y encima mide como cuatro metros, con lo que es un señor toraco; Vista de Delft de Vermeer, muy chulo; y la requetefamosa Joven de la Perla, de Vermeer, que, igual que La Mona Lisa, es MUCHO más pequeño de lo que uno espera (aparte, uno habría preferido a Scarlett Johansson de modelo real, para qué mentir).

Y esto es todo sobre los museos en Holanda que puedo contar. Y en realidad, este es el último artículo sobre el Erasmus que tenía todavía pendiente de publicación. Probablemente escriba más sobre todo esto, pero de momento me siento como en una despedida. Así que aprovecharé para decir una vez más que el Erasmus ha sido la mejor experiencia de mi vida, un año intenso lleno de experiencias que no olvidaré jamás, empezando por el no poco reseñable hecho de estar ahora viviendo en Canadá. Quiero dar las gracias a todos los que estábais allí, y espero que todo lo que he escrito ayude a los nuevos Erasmus, anime a los indecisos y de ideas a los visitantes ocasionales. Salud.


Comentarios

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