Como todo chavalito que ha crecido en la década de los ’90 con acceso a Antena3, este calcetín ha visto dos capítulos diarios de Los Simpsons, incluyendo fines de semana, durante muchos años. Capítulos vistos hasta la saciedad, hasta el hartazgo, y que aun así seguían haciendo gracia, unas veces por lo absurdo del chiste y otras por la sutil ironía y voraz crítica a la sociedad oculta en los pequeños detalles.
Así que, como toda mi generación, entre mis sueños se encontraba ver una peli entera de Los Simpsons. Y el sueño llegó, quizá un poco tarde dado que, como bien dice mi generación, Los Simpsons ya cansan (por culpa de Antena3), los capítulos nuevos tienen menos gracia (culpa de llevar más de diez años en emisión, pedazo de récord) y, sobre todo, porque la peli salió cuando ya estaba anunciada la primera peli de Futurama, sueño varios quintales superior.
Pero la peli de Los Simpsons es la peli de Los Simpsons, y había que verla. Y la verdad es que merece la pena. El primer temor, el que no fuesen capaces de hacer un capítulo de hora y media, se encuentra gratamente sorprendido por un guión bien llevado, una historia más compleja y trabajada que un capítulo normal y contada con toda la riqueza de detalles que te puedes permitir cuando en vez de veinte minutos tienes el séxtuple de tiempo. Además, la peli tiene algo que no hay en Los Simpson: banda sonora. No es constante, ni nada exagerado ni que vaya a convertirse en un superhit, pero está ahí, dando el tono de peli de verdad. Eso y la excelente calidad del dibujo lo diferencian de un simple capítulo largo.
Y por supuesto, la peli es fiel al sentido del humor de la serie. Situaciones absurdas como la relación de Homer con el cerdo, Schwarzenegger de presidente (“me eligieron para tomar decisiones, no para leer”), el telediario informando de “una crisis tan importante que tiene nombre propio” o el viaje en trineo de Homer hacen que te rías como en los viejos tiempos, pese a que el tono general de la peli se acerca más a la línea de los capítulos más modernos, que resultan menos originales y más forzados.
Pero en líneas generales, la peli me gustó. Quizá porque esperaba menos de ella, quizá porque me apetecía reírme y me habría servido una peli de cualquiera menos Garci, pero me gustó. Y puedo tachar de la lista de cosas que hacer antes de morirme el ver una peli enterita de Los Simpson.
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