Hace menos de un mes, leí en un periódico (el 20Minutos, para ser precisos) una carta de un lector en la que se quejaba del cambio del plano del Metro de Madrid. Cito textualmente: “Le digo al inventor del nuevo plano que lo use su suegra, si es tan lista. Todos los que leemos el plano no somos tan inteligentes; prueba de ello es la encuesta que han hecho ustedes. Plano tradicional. Jesús.”
Para los que no sois de Madrid, os explico la situación. Ya que ha inaugurado (con mayor o menor atino) un montón de estaciones y tramos nuevos, pues alguien inteligente ha pensado que ya que se ponen podían darle una nueva imagen al plano de Metro. No es que el otro estuviese mal, o que no se pudiesen añadir los nuevos cachitos, simplemente que de vez en cuando está bien cambiar estas cosas. Tiene gracia.
El caso es que algo tan revolucionado ha generado una polémica, y si pinchas aquí puedes ver los comentarios de la gente. Unos a favor, otros en contra, muchos comentarios a que es un exceso que por hacer eso se paguen 95.000 Euros (vale, en esto estamos todos de acuerdo, incluso el que ha cobrado lo sabe). Que si el nuevo plano es mejor, más moderno, más “limpio”. Que si el nuevo plano es peor, que no respeta las distancias y el eliminar las curvas confunde. Que si el viejo plano es peor, que ahí en medio se hace muy lioso con todos los nombres y líneas hechas un burruño. Que si el viejo plano es mejor y no hace ninguna falta cambiarlo. Que si en el plano de Metro de Londres se ve el río y lo han copiado para el nuevo. Que si en el de Barcelona sale el mar. Que si el de Bilbao se entiende perfectamente.
Bien podría comentar ahora ese deporte tan español que es el opinar de todo lo opinable y discutir hasta la cosa más absurda. Bien podía aprovechar para preguntarle a toda esa gente cuántos planos de metro ha diseñado y qué críticas ha cosechado. Podría decir que me parece bien que la gente de su opinión, pero que no es como para crear semejante discusión absurda. Podría preguntarles cómo somos capaces de convertir en polémico un plano de metro. Pero veo que es un tema que a la gente realmente preocupa, que está en vilo, así que continúo con el tema.
Personalmente, creo que me gusta más el plano viejo, aunque no salga el río. Río que no tiene parada ni estación, y realmente no tiene ni agua, pero bueno. Pero sí, con sus curvas, su (más o menos) esto está aquí y esto acá… Pero es cierto que el nuevo plano es sin duda más esquemático, más fácil de leer todo porque es cuadrado. Por ser pedante: cumple las leyes de la Gestalt mucho mejor. En ambos se podría añadir una superposición esquemática del plano de la ciudad, para situarte mejor, o ponerle dibujitos salaos de los sitios importantes como El Retiro, la Puerta del Sol… pero son cosas más para el que viene de fuera que para los que pasamos debajo del asfalto tanto tiempo como por arriba.
Pero volvamos a lo que nos ocupa, lo que piensa un madrileño del nuevo plano del metro de su ciudad: “Le digo al inventor del nuevo plano que lo use su suegra, si es tan lista. Todos los que leemos el plano no somos tan inteligentes; prueba de ello es la encuesta que han hecho ustedes. Plano tradicional. Jesús”. Vamos a ver, Jesús, cómo decírtelo: es un plano de metro. Si además eres de Madrid, como imagino, ya deberías sabértelo y saber lo que hay por arriba. Y si no te lo sabes te repito: es un plano de metro, tío.
No se cuántos años tienes, no se hasta qué edad pudiste ir al colegio, no sé qué coeficiente intelectual crees que tiene el diseñador de un plano de metro, no quiero imaginarte guiando una excursión por el campo o simplemente fuera de tu cuarto. Y yo no soy más que un calcetín, y lo mismo somos dos seres demasiado diferentes como para compararnos. Pero estoy seguro de que cuando los monos del zoo (no ya los delfines, que sabemos que son super- inteligentes) han visto el nuevo plano probablemente han discutido la nueva estética o el que aparezca el río, si se deben incluir cuadrículas de localización o superponer el plano de la ciudad. Pero ni uno sólo de los monos lo ha pasado tan mal para descifrar… un plano de metro.
Tengo que reconocer, en defensa de Jesús, que en la encuesta que ha hecho el periódico sólo el 7% de los encuestados pensamos que entenderse, lo que es entenderse, el plano se entiende igual. La abrumadora mayoría se ha perdido con el cambio. Y eso me hace pensar ¿debería Peter Petrelli desarrollar supercapacidad para leer los planos de de metro de todo el mundo? Eso sí que es un superpoder y no volar, cojona.
Ahora, los que habéis sido capaces de interpretar el nuevo plano, dejad vuestra opinión. A los demás, que por supuesto también podéis comentar, un aplauso si habéis conseguido llegar a esta página y leer todo esto.
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