El día 8 de abril de 2007 publicaba en este blog mi primera entrada. De eso hace ya más de dos años, que es bastante para un blog, poco para una vida normal y muchísimo para este calcetín, porque han sido dos años muy intensos en los que he tenido la suerte de recorrer varios países y conocer gente estupenda. Bueno, y he tenido que correr a otros países por haber conocido gente estupenda.
Por aquel entonces, mi cacho-carne era un mero becario que no sabía mucho de Photoshop, y que no sabía nada de diseño Web. Por eso la cabecera era tan sosa y la plantilla del blog no estaba modificada lo más mínimo: no teníamos ni la más remota idea de cómo hacerlo mejor. Siempre me ha parecido que la cabecera (que durante estos dos años ha permanecido inmutable) hacía pensar que lo único que había en este mundo era un calcetín. Y, en cierto modo, era verdad. En aquél entonces nadie tenía muy claro de qué iba a ir el blog, qué iba a pasar con él o con qué nos íbamos a encontrar por el camino. Pero ya era hora de cambiarlo.
Me gustaría decir que este cambio es por vosotros, que sois los que realmente dais vida a este blog (no con vuestros comentarios, eh, sosos…), pero no es así. Hastiado sobremanera de verme a mí mismo sobre un fondo azul, le dije a mi cacho-carne que quería una cabecera nueva, con más fuerza, más energía y sobre todo más gamas de colores. Así que se puso a pensar qué era, de todo lo que ha pasado en este tiempo, lo que tenía que aparecer, e inició el proceso de creación.
Para los que no estáis en el mundillo, el proceso de trabajo de un diseñador daltónico suele incluir muchas preguntas a quien quiera que pase por el pasillo o, si tienes a alguien cuya opinión realmente valores, unos cuantos e-mails. Pero claro, entonces pasa que la gente opina mucho, no sólo de los colores… y ese alguien cuya opinión valoras te suelta algo del tipo “me has pedido sinceridad, así que mira, creo que puedes hacerlo mucho mejor”. Que, traducido del canadiense, significa que la primera versión de la nueva cabecera era un poco mierda. Ojo, también significa que mi cacho-carne es mejor que eso.
Así que tras pasarse unas tardes pensando que todo el mundo era memo, mi cacho-carne acabó por digerir todas las críticas, consejos y comentarios absurdos de gente que no tiene ni idea de qué va el tema pero siente la necesidad absoluta de opinar (es decir, de españoles). Una vez superado ese punto, se puso manos a la obra con ayuda de Maquito y a los pocos días ya teníamos nueva cabecera.
Entonces se nos ocurrió que, puestos a cambiar, estaría bien hacerlo a lo grande. Vamos, que poner una cabecera tan molona en el diseño antiguo sería como ponerle la codera más molona del mundo al chándal del Carrefour. Por eso decidimos que había llegado el momento no sólo de currárselo un poco más, sino incluso de invertir: comprar el dominio www.enquepiensauncalcetin.com, migrar el blog a nuestro propio servidor, coger una nueva plantilla y personalizarlo todo, desde los colores hasta los mensajes más absurdos.
Y aquí está el resultado que significa, además, que tenemos cuerda para otros dos años, que también pintan interesantes. Sí, aún quedan unos retoques, asegurarse de que todo funciona debidamente y se ve en su sitio y aguantar una lluvia de comentarios, quejas y puede que halagos. Pero ya tenía yo ganas de mudarme a mi nueva casa, que en este tiempo mi cacho-carne ha vivido en tres países distintos y yo seguía con el mismo rollo.
Espero que os guste.
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