De esto que estás en tu casa preparando la masa de pan para mañana y, por el rabillo del ojo, ves algo moverse tras la puerta que da al jardín. Que seguramente es el viento, que está pegando fuerte estos días, pero por si acaso te asomas a mirar y te encuentras con esto:
Un mapache intentando robarme la bici de mi propia casa. Que yo no tengo nada contra los mapaches, pero esto ya no. Casi tengo que salir a darle con la escoba, pero parece que los golpes de mi poderoso dedo en el cristal le han acojonado lo suficiente para que se fuese. Que se ha ido al jardín del vecino, pero ahí ya no es mi problema… hasta que vuelva.
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