Hoy empiezo una nueva sección en el Blog: El calcetín cultural. Si, voy a poner la palabra calcetín en todos los lugares que me sea posible. Y sí, es cultural, ya que se trata de hacer críticas de cine, libros, series, programas y todo lo que se me ocurra criticar. Incluso restaurantes, si me pongo. Y evitando desvelar tramas en la medida de lo posible.
Esto hará que de vez en cuando aparezca una entrada rompiendo el ritmo de actualización semanal (del que puedo decir orgulloso que estoy cumpliendo). Pero por si acaso, he añadido a la derecha el recuadro de “últimas entradas”, para que nadie se pierda. Si hace falta lo cambio por el calendario, pero con ese vale, espero.
Y el honor de inaugurar esta sección recae no sobre el Ministerio de Fomento, no sobre la Comunidad de Madrid, sino sobre “La maldición de la flor dorada”, película de chinos que he ido a ver al cine en el puente. Y la crítica que puedo hacer es bien sencilla, corta y concisa: peli de chinos muy rara y difícil de entender.
No he visto “Hero” y no he visto “La casa de las dagas voladoras”, pero sí me las han recomendado y me han dicho que molan, que se pegan un montón en plan Bruce Lee pero con efectos especiales del siglo XXI. Y se suponía que esta sería la misma cosa, pero no. Desde el principio resulta lenta, rara. No es que la historia sea difícil de seguir (si tu cabeza rellena los huecos que faltan), es que no tiene mucho sentido en general.
En cuanto a los palos que uno espera de una peli de Chow Yun Fat, pues sí, los hay. De hecho nada más empieza hay una escena que te hace pensar que va a molar todo un puñao, pero luego no le sacan partido.
Y uno se va pensando cosas como “qué suerte que haya 1000 millones de chinos cuando necesitas figuración de chinos”, “¿es posible matar a 9999 apiñados chinos a flechazos y que entre los diez que te sobreviven esté el chino que no debes matar?” “¿alguien ha entendido realmente todo esto?”.
Así que, sinceramente, yo no se la recomiendo a nadie que no sea incondicional (pero MUY incondicional) de Chow Yun Fat o que no haya jurado a su dios ver todas las pelis de chinos del mundo.
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