Durante la última semana de exámenes holandeses me aburrí mucho. Muchísimo. Menos mal que vino Karol a rescatar a este calcetín y le puso bajo las narices un peliculón como Quiéreme si te atreves (Jeux d’enfants en el original. Para los que no sabéis francés Jeux significa “quieremesi” y d’enfants significa “teatreves”).
La peli, como se puede deducir de su título original y de la importancia en la banda sonora de La vie en Rose, es francesa. Eso suele significar que hablan en francés y, en los últimos tiempos, un tipo de cine muy particular, diferente y bueno. Aunque muy pero que muy arriesgado.
En este caso la peli cuenta la historia de una pareja de niños que van creciendo juntos, siempre jugando al juego de «cap pas cap» (capaz o incapaz). Y lo gracioso es que cada vez los retos son más borricos, más graciosos y van llevando la relación entre los dos personajes de un lado a otro. Hasta el final, en que todo se va de madre sobre manera y, aunque no queda del todo claro que pasa y está sujeto a la interpretación de cada uno, mola. Si no has comprendido este párrafo no te preocupes, es que si cuento algo más empiezo a destrozar la peli.
La historia es graciosa a la par que interesante por sí sola, con puntos tan maravillosos como cuando el protagonista, después de tener un affair en el baño con una desconocida (forma pija de decir que se zumba a un pivón en el retrete), le pregunta con voz melosa:
-¿Crees en los flechazos?
-…. Sí.
-Ilusa.
Pero para terminar, volviendo a mi diatriba sobre el cine francés moderno, esta película bebe directamente del estilo de Amélie. Desde la forma de contar la historia hasta los juegos de cámara y montaje. Y la banda sonora quizá un poco, pero no es tan exagerada sino más sutil.
Para concluir, una película muy buena. Si te gustó Amélie esta película te gustará bastante más. Y si no te gustó Amélie (todos tenemos defectos… a mí me pueden salir tomates) pues puedes arriesgarte con esta que es más divertida y un poco más comprensible.
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