Siguiendo con la temática del último artículo, una de las cosas que más me sorprendió fue lo bien pensado que tienen todo los norteamericanos para que te dejes hasta el último dolarcillo que lleves encima. No se trata sólo de puestos donde vender objetos y comida, sino de aprovechar cada oportunidad de cada atracción. Y ahí ganan las de agua, y no me refiero a que el parque tenga dentro un «AquaPark» en toda regla.
En primer lugar, en Canada’s Wonderland hay una atracción que se llama White Water Canyon, que es lo que de toda la vida de Dios se ha llamado «los donuts». Es una de esas atracciones sin caídas, donde toda la diversión la pone ver quién tiene la suerte de pasar justo debajo de los chorros de agua. Pues bien, los norteamericanos saben que la gente es cabrona en general, y desde fuera hay un mirador donde puedes ver pasar a la gente mojándose… y pagar $1 para activar cuando tú quieras tres chorros de agua a ver si pillas a alguien. Esto ya lo había visto en otros parques, pero no había visto a tanta gente usarlo.
Pero como véis en la foto, independientemente de que te toque el chorrito del graciosete que se gasta dinero en dar por saco al personal, puedes salir muy mojado de las atracciones de agua, y ahí es donde Canada’s Wonderland me impresionó con su cabina supersónica de secado ultrarápido. Básicamente es una habitación con ventiladores de aire caliente que prometen dejarte bien acartonadito por el abusivo precio de $5. ¿Y por qué digo que es abusivo? Porque a escasos metros hay una solución de toda la vida, basada en exactamente la misma tecnología y totalmente gratis. Que cada cual escoja la que más le guste…
Deja una respuesta