Hola, hoy toca otra vez reseña de peli que vi mientras era la única persona del mundo de vacaciones. Entre otras cosas porque acabo de volver de tomarme unos días de descanso de los que ya saldrá algo por aquí, y estas críticas se escriben en un momento y vienen genial para rellenar estos huecos, que no hay que ponerse con las fotos ni nada.
Esta vez es una de esas películas míticas: “Scarface”, probablemente la peli que hizo que Al Pacino sea hoy quien es. También es probable que lo hubiese conseguido con otra de sus grandes actuaciones, porque Al es muy bueno y si repasamos su filmografía hay muchos papeles buenísimos. Pero la gracia es que en la versión original de esta peli habla con acento cubano, y eso le hace aún más grande.
En cuanto a la película en sí misma, la verdad es que me desilusionó un poco. Sí, ya sé que una peli donde los sicarios de la droga utilizan motosierras debería entusiasmarme, pero en este caso yo esperaba algo más. Quizá sea que el estilo tan oscuro de Brian de Palma no termina de enamorarme, quizá sea que la película sea excesivamente larga (y ese efecto debería pasarme desapercibido cuando la veo en dos días en vez del tirón) o que la banda sonora no me haya gustado un pelo, aunque reconozco que la idea de música tipo videojuego no era del todo mala.
Ojo, que no digo que la peli sea mala ni mucho menos, así que ahora toca la parte buena. La primera mitad sí que me gustó mucho (vale, es la parte de las motosierras), hay frases realmente míticas como “todo lo que tengo son mis cojones y mi palabra, y no los rompo por nada” y hay dos cosas realmente excelentes a lo largo de la película: Tony Montana frente a montañas de coca o de dinero (hasta el punto de que podría llamársele “Tony Montaña”… festival del humor) y sobre todo la escena final supermítica de siquicientos mil balazos y otras grandezas del pedazo cañón que usa el señor Montana.
Resumen de todo esto: es mítica, pero esperaba que fuese una de las mejores pelis de mi vida y no fue así.
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