Los calcetines celebramos con ilusión el día de los trabajadores, del que podría escribir mucho pero sería un corta y pega de la WikiPedia. Por eso me ha parecido mejor manera de mostrar mi compromiso con todo lo que este día significa haciendo puente, como todo el mundo. Previendo que me parecería una falta de respeto trabajar en un puente tan señalado, escribí algo para publicarlo antes, aprovechando las noticias que deja esta semana en que, en respuesta a mi entrada anterior, han vuelto las lluvias y los días grises.
La cosa está en que mientras algunos nos hemos alegrado de que volviese a llover (porque hace más fresquillo por la noche, porque la alergia se lleva mejor o simplemente por tener agua para beber en verano) hay a quien estas lluvias no le han venido tan bien. Me refiero al señor alcalde de Madrid, que ha visto cómo algunos de sus túneles se venían abajo por la lluvia. Otra vez.
Si, he dicho “otra vez”. La verdad es que más gracia tuvo cuando hace dos meses se inauguró un túnel un buen día de lluvia, y a las dos horas estaba inundadito por dentro. Podéis ver la noticia aquí. Pero claro, no es menos gracioso que vuelva a pasarte, con lo supermodernos y chachis que son tus túneles nuevos y cuando ya sabes que eso pasa. No hay que ser ingeniero de canales, caminos y puertos (eso sí que es una titulación) para saber que eso no debería pasar. La noticia la tenéis en este otro periódico. Jo, qué periodístico estoy, citando fuentes de diversas ideologías y todo.
Entonces, ¿no había forma de evitar esos “pequeños defectillos” del túnel? Si ya ha pasado antes, al hacer los siguientes túneles nos podíamos plantear ponerles un nosequé para que cuando llueva no se inunden. Vale que sería muy mala suerte que volviese a llover en Madrid en los próximos 120 años, pero por si acaso. Es que, sinceramente, lo de que justo ha coincidido que se ha roto una tubería, pues no resulta muy creíble. Principalmente porque parece que la tubería se ha roto por ser parte de un colector hecho en la obra del propio túnel que debería aguantar las lluvias más torrenciales.
Así que seguramente sí que se puede evitar que los túneles se vayan al carajo cuando llueve. Yo apostaría por ello, viendo que el mundo entero está lleno de túneles… ¡incluso para cruzar el mar! Pero el problema es que las elecciones están a la vuelta de la esquina. Y en el equipo de comunicación de Gallardón saben que no cumplir con las obras a tiempo es algo que no se pueden permitir, que iban a perder mucho votante indeciso. Y oye, ya que la idea de cambiar la M-30 era buena pues se inauguran los cachitos que estén hechos y se queda divinamente. Exceptuando las comparaciones con los Faraones y el gusto por las grandes obras.
Pero tronco, inaugura sólo los cachitos que de verdad están hechos, que luego al primer día que llueve se te inundan, se comenta que no están terminados, que se hace todo con prisa por las elecciones, que va a ocurrir una desgracia, la oposición aprovecha para dar caña con ese estilo cansino… Y quizá que pase algo realmente grave por ser un cagaprisas e inaugurar las cosas antes de tiempo te viene también mal de cara al público. Y no quiero ni imaginarme la cantidad de burradas que puede decir el candidato de la oposición en tales circunstancias.
En conclusión, que a mí no me gustan las obras faraónicas y menos cuando alguien decide que es mejor hacerlas todas a la vez, porque resulta que entonces no hay dinero para todo (y eso hace que se suban los impuestos, que se pongan parquímetros, que se vuelvan a subir los impuestos…) y además se genera un caos brutal en la ciudad (que luego dices “anda, pues no me han dado las olimpiadas”… pues claro). Pero que ya que se hacen, no pasa nada por esperar un poco más y dejar las cosas terminaditas.
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