Cuando me leí La Guerra de los Mundos dije que el libro me había encantado. Y decía que en parte era porque, si esta semana nos invaden los alienígenas, el mundo reaccionaría exactamente igual que en el libro: prepotencia de la raza humana, estupidez de la raza humana, caos en la raza humana que casi nos lleva a la extinción total de la raza humana. Pues bien, gracias a mi hermano y a la piara de frikis que tenemos por amigos este mes me he estado amenizando los viajes en el Metro (que no siempre vuela y entonces te da tiempo a leer) con un pedazo de libro llamado Guerra Mundial Z, que ha superado con creces a La Guerra de los Mundos en el altar de hipótesis contrafactuales que molan y están bien contadas.
Antes de que nadie se confunda, Guerra Mundial Z es un libro sobre zombies. Aunque los frikis nos escudemos en su valor como estudio sociológico y geopolítico, no deja de ser un libro donde al menos una vez cada dos páginas se utiliza la palabra zombi. Pero la gracia está en que de verdad es un estudio sociológico y geopolítico basado en una hipótesis que, hasta la fecha, nadie ha podido probar imposible: la humanidad se enfrenta a la pandemia provocada por un virus que convierte a la gente en zombies.
Y dicho esto, ¿qué es lo que de verdad diferencia a este libro de uno basado en Resident Evil? Pues que no está escrito como una historia de acción para adolescentes donde un pivón tipo Milla Jovovich se va cepillando a muertos vivientes (no en la lujuriosa acepción de Sánchez Dragó, sino que los va eliminando). No, este libro se gana todo el derecho a pasar por sesudo porque está escrito como un conjunto de entrevistas a los supervivientes, agrupadas en capítulos presentados cronológicamente, cada uno relativo a una gran época del conflicto, desde la aparición del llamado “paciente cero” hasta el fin de la guerra, una década después (Wikipedia). Si en este punto no has salido corriendo a encontrar el libro y leértelo es que no tienes alma.
El argumento básico es que el “autor” del libro trabaja para la Comisión de Postguerra de la ONU y tiene el encargo de elaborar un informe completo del origen de la crisis y el desarrollo de la guerra contra los zombies. Para ello entrevista a gente muy diversa, desde civiles hasta políticos pasando por médicos y soldados de todas las áreas geográficas, y va recogiendo todos esos testimonios para hacer una radiografía lo más completa posible de la Guerra Mundial Z.
Pero lo que más me gusta del libro no es cómo te cuenta las historias personales, sino la cantidad de política que hay detrás. El silencio de China cuando empieza la crisis, la respuesta super-militarizada de Estados Unidos o el total desconocimiento de qué ha pasado en Corea del Norte. Si lees los periódicos habitualmente verás que todo el planteamiento cuadra a la perfección con cada país. Por supuesto que hay algún capítulo de una persona contra cientos de zombies, pero incluso en esos acaba habiendo algo más profundo, como síndromes post-bélicos y cosas por el estilo.
Sí, es un libro rematadamente friki, pero del mismo modo que lo es La Guerra de los Mundos. Puede que dentro de 50 años estemos hablando de un clásico de la ciencia ficción, de esos que hay que leer en el colegio. Puedes esperar a leértelo a que tus nietos te pidan ayuda con los deberes o hacerlo ahora. Y si estar mejor preparado para el día que lleguen los zombies no es suficiente aliciente para ti, a lo mejor lo es que Brad Pitt está preparando la peli… ¿a que ya no es tan tontería de frikis?
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